Fundado en 1910

Los altavoces inteligentes también escuchan desde los móviles

Privacidad

¿Hay alguien ahí? Los altavoces inteligentes que nos espían sin querer

Hasta 19 veces al día los dispositivos activan por error y sin permiso para escuchar las necesidades de sus dueños

La tecnología vuelve a sorprender a los más incautos. Si Pegasus hizo caer del guindo a los que dan por seguro que Internet y las comunicaciones son lugares impenetrables, ahora despiertan aquellos que no se creían que los móviles, relojes, altavoces u ordenadores nos escuchan varias veces durante el día.

Primero fue el Big Data y todos los datos que las grandes compañías acumulaban de sus clientes para hacer negocio con sus gustos, edades o necesidades. De eso hemos pasado a la escucha inactiva de los dispositivos que nos rodean.

Hasta 19 veces al día

En las conversaciones con amigos o familiares, se contaba como chascarrillo la casualidad de que por la mañana estabas hablando con tu padre de hacer un viaje a Egipto y por la tarde la publicidad de la web de turno te mostraba viajes a Egipto.

No era una casualidad y la Northeastern University de Boston ya ha puesto cifras a eso en un estudio que asegura que los dispositivos activan sus micrófonos por error hasta 19 veces al día.

Echo (Amazon), Google Home o el HomePod (Apple) atrapan por accidente conversaciones de sus dueños varias veces en 24 horas. Nadie activa el botón de apagado del micrófono porque eso invalida dar una orden en cualquier momento. Pero, para que pueda darse la orden de poner música o bajar las personas, el micro debe estar permanentemente escuchando.

De esa escucha se ha pasado a la grabación y, de ahí, al análisis de las palabras clave para adelantarse a las necesidades del usuario. Porque ese es el negocio del futuro más allá del metaverso, anticiparse a lo que el cliente va a querer y mostrárselo en el móvil.

Los altavoces inteligentes no son los únicos que escuchan. También los móviles o los relojes, es decir, todo aquello susceptible de recibir una orden tiene que estar con la oreja puesta para ejecutar la orden y, de paso, escuchar otras conversaciones.

Netflix

El estudio de la universidad de Boston fue mucho más allá y reprodujo series de Netflix como Narcos, The Office o Anatomía de Grey para conocer como despertaban a los altavoces. En 24 horas se activaron entre dos y 19 veces. Los que más escuchan son el HomePod y Cortana (Microsoft).

Son escuchas aleatorias que no repiten un patrón, pero quedó demostrado que hay palabras que ponen al altavoz en marcha para que grabe unos minutos de charla.

Las teorías conspiranoicas aseguran que los altavoces sirven para que los Gobiernos nos espíen, aunque solo hay que ver la crisis de Pegasus para ver cómo los políticos también son víctimas de sus propios teléfonos.

De la guerra fría en la que los espías de uno y otro bando colocaban micros en las habitaciones, hemos pasado a que sea un altavoz inteligente colocado en un rincón de una habitación mientras suena la música, sea el que delate casos de corrupción.

Irlanda ya ha dicho a sus políticos que tengan cuidado con lo que dicen cuando hay un aparato de estas características cerca porque la intimidad ha desaparecido.

Por si la voz no fuera suficiente, la compra de Roomba por parte de Amazon destapó otro posible caso de falta de privacidad. Que la aspiradora esté conectada por WiFi supone que pueda enviar los planos de la casa y que alguna empresa conozca la distribución de nuestros hogares.

Nos escuchan, nos ven, nos rastrean… las leyes europeas siguen poniendo cerco a las empresas que abusan de la confianza del consumidor, pero también se debe controlar los permisos que damos a la tecnología que nos ayuda para evitar que pueda hacer todo esto con nuestro visto bueno.