Tecnología Vintage
La historia del Walkman, el «instrumento que aísla a los jóvenes»
En los planes de Sony no estaba inventar un aparato para escuchar música, pero el éxito hizo que sea parte de la cultura mundial
A principios de los años 80, la grabadora portátil Pressman, también de Sony, era lo más parecido a un Walkman. Un aparato que utilizaban los periodistas para grabar entrevistas y en la que se fijó Ibuka Masaru, presidente de Sony en aquella época.
Este honorable señor pidió a sus técnicos que inventaran algo que le permitiera escuchar música en el avión. La petición la recogió míster Walkman, Kuroki Yasuo, el jefe del equipo de desarrollo que escribió un libro años después donde cuenta más sobre este momento histórico.
«A decir verdad, el Walkman no fue un aparato proyectado desde sus inicios con la clara idea de convertirlo en un artículo comercial. Fue algo que nació como una diversión de los técnicos jóvenes y que nunca estuvo en la lista de aparatos proyectados por la División de Magnetófonos. Por decirlo de alguna forma, era algo que no estaba en el guion y por eso la historia del Walkman resulta tan divertida».
En cuatro meses
En cuatro meses, Sony ya tenía algo que presentar a sus directivos. Incluso algunos Pressman ya fabricados acabaron en la línea de los Walkman para reinventarse.
Una vez que el dispositivo estaba listo, Sony convocó a unos cuantos periodistas en un parque de Tokio y les enseñó cómo se podía escuchar música mientras hacían ejercicio físico. La demostración consistió en un señor vestido con pantalón corto, rodilleras y una visera que portaba el Walkman cruzado sobre su cuerpo con los auriculares de espuma en las orejas.
Aunque costó que el aparato entrase por los ojos al cliente, las primeras 30.000 unidades se vendieron en dos meses. En 1980 no eran capaces de producir tanto como se demandaba y eso que era la primera versión de este aparato.
Críticas
Ya en 1981 la fiebre era tal que empezaron las críticas porque «los adultos criticaron que el Walkman se estuviera convirtiendo en un instrumento que hacía de los jóvenes seres egocéntricos cerrados al mundo exterior, y comenzaron a deplorar que cada vez hubiera más personas aisladas», según contaba Kuroki en su libro.
Ese año fue el del WM-2, la segunda generación, más compacto y refinado, pero con el mismo estilo y que ya empezaba a calar entre esos mayores que preferían probar el progreso a criticarlo.
Aiwa o Panasonic decidieron entrar en el mercado de los Walkman, pero el valor de marca de Sony con su Walkman era muy alto y apenas sufrió competencia.
A finales de 1982 ya había vendido casi seis millones de unidades, de los que el 60 % era para exportar a otros países.
Solo un año después, Sony lanzó el Discman para reproducir música en CD con el que también conquistó el mercado aunque logró la convivencia de formatos durante muchos años.