Escrivá, el vaso de agua y la transformación digital de España

La Transformación Digital de España estará en manos de José Luis Escrivá, que ha asegurado que seguirá «trabajando con especial foco en los más vulnerables» desde su nuevo cargo, según ha indicado en la red social X.

Pero sus verdaderos retos estarán en Telefónica con la entrada de STC y la SEPI, decidir sobre la compra de Zegona a Vodafone o la ley 5G y el veto a Huawei.

Este ortodoxo convertido al socialismo gracias a Pedro Sánchez tiene por delante el reto de digitalizar un país que no puede quedarse atrás en una carrera veloz en la que el resto de países de Europa quiere tomar la delantera.

Analógico

Un ministro con iPhone y Apple Watch y entregado a la causa, como demostró en 2021 cuando presentaba un informe en la Fundación Mapfre y acabó llenando el agujero del atril donde va situado el vaso en lugar del propio vaso, que se encontraba debajo.

«Ahora tengo un problema», dijo Escrivá. Y lo tuvo, de hecho coleccionó problemas a lo largo de sus años como ministro por sus constantes polémicas con el ala más radical del Gobierno liderada por Podemos.

Nombrado por el Gobierno de Mariano Rajoy para presidir la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en 2014, su elección en la anterior legislatura fue una sorpresa que se interpretó como un gesto a los empresarios que recibían con temor la entrada de Podemos en el Ejecutivo.

Con Pablo Iglesias no se hablaba tras los desencuentros a cuenta de la puesta en marcha del ingreso mínimo vital

Por el camino se ha quedado el apoyo de la patronal, que solo ha dado el visto bueno a la primera parte de la reforma de pensiones (la que volvió a vincular su revalorización con la inflación) y a la reforma transitoria del régimen de autónomos.

Con Podemos tampoco ha sido fácil la relación, en particular con el exvicepresidente Pablo Iglesias, con quien no se hablaba tras los desencuentros a cuenta de la puesta en marcha del ingreso mínimo vital (IMV) o del alcance de la reforma de pensiones.

Yolanda Díaz

Con Yolanda Díaz, sin embargo, ha terminado trabando un compañerismo que quedó patente en un acto público cuando al sonar el móvil del ministro contestó entre risas: «Yolanda, te llamo luego. Estoy en este momento explicando nuestra reforma laboral (...) Te aplauden a ti».

Economista de reconocido prestigio internacional con amplia experiencia en análisis del sector público, llegó al Gobierno con fama de ser una persona de trato fácil y conciliador, pero ha tenido que aprender a fajarse en el ámbito político, en el que a veces se le ha visto contestar nervioso a la «ignorancia» o «datos falsos» de los parlamentarios de la oposición.

Ha sumado cientos de horas de negociación en el diálogo social

Tampoco ha dudado en responder personalmente, con extensos hilos cargados de datos, a economistas o centros de estudios que han cuestionado sus cálculos en redes sociales, recurriendo en ocasiones a las palabras gruesas.

En estos años ha sumado cientos de horas de negociación en el diálogo social, un terreno desconocido para él, con sonados encontronazos con sindicatos y patronal para sacar adelante los ERTE y una ambiciosa reforma de pensiones en la que logró equilibrar posturas y, lo que parecía más complicado, el sello de Bruselas a unos cambios que apostaban por fortalecer los ingresos y no por el ajuste de gastos.

Estadísticas

Otra de sus batallas en el Ministerio ha sido la de ofrecer nuevas estadísticas y datos que, a su juicio, reflejaban de forma más rigurosa la evolución del mercado laboral y que ha defendido con vehemencia.

Como responsable de la política en materia de migración, Escrivá ha afrontado la acogida de casi 200.000 desplazados por la guerra de Ucrania, a quienes se les ha concedido permiso de residencia y trabajo en un tiempo récord, y las dos crisis migratorias que ha atravesado Canarias, que no han estado exentas de polémicas.

Como responsable de la política en materia de migración, Escrivá ha afrontado la acogida de casi 200.000 desplazados

En 2020, porque la red de acogida en las islas estaba casi desmantelada y el departamento de Escrivá tuvo que montar campamentos a toda prisa y convertir en albergues de emergencia hoteles cerrados por la pandemia.

En la crisis actual han sido los traslados de inmigrantes desde Canarias a la península lo que ha suscitado las mayores críticas de ayuntamientos y comunidades del PP por falta de coordinación e información.