La trampa de los libros electrónicos: ¿es imposible leer fuera del ecosistema de Amazon?
Comprar un ebook y leerlo en cualquier dispositivo que no sea un Kindle supone cometer un pequeño delito con el DRM
Leer en formato digital ya forma parte de la sociedad desde hace años. Hay quienes prefieren leerlo todo en papel y quienes prefieren que todo sea digital, pero también hay quienes alternan.
A pesar de las ventajas que presentan, como el ahorro de espacio o el precio, muchos usuarios que quieren leer en dispositivos que no sean de Amazon, como el popular Kindle, se enfrentan a todo tipo de obstáculos. En su mayoría están relacionados con el control casi monopolístico que Amazon ejerce sobre el mercado de libros electrónicos, y con la implementación del controvertido DRM (Digital Rights Management) que dificulta la lectura de libros comprados en otras plataformas.
El imperio de Amazon
Amazon, con su dispositivo Kindle y su tienda de ebooks, ha logrado posicionarse como el líder indiscutible en el mercado de libros electrónicos. Este éxito no es casualidad, ya que la empresa ha desarrollado un ecosistema cerrado, perfectamente sincronizado con sus propios dispositivos. Cuando se compra un libro electrónico en la tienda de Kindle, este está optimizado para leerse sin ningún problema en cualquier modelo de Kindle ofreciendo una experiencia rápida y sin complicaciones ya que se tiene acceso a diccionarios o a entradas de Wikipedia.
El problema surge cuando el lector decide no usar un Kindle, sino otros lectores electrónicos, como los de reMarkable, Kobo, PocketBook, o incluso lectores de aplicaciones en tablets o teléfonos móviles. Ahí es donde las cosas se complican. Amazon utiliza su propio formato de archivo (.azw), que está diseñado para ser compatible únicamente con dispositivos Kindle lo que cierra las puertas al uso de libros comprados en su tienda en otros dispositivos.
El DRM, el gran obstáculo
Uno de los principales problemas al que se enfrentan los lectores que no utilizan Kindle es el DRM, un sistema de protección que limita el uso de los libros electrónicos a ciertos dispositivos y plataformas. El DRM tiene como objetivo prevenir la piratería y proteger los derechos de los autores y las editoriales. Sin embargo, desde el punto de vista del usuario, este sistema se convierte en un obstáculo a la hora de disfrutar de un libro electrónico en un dispositivo que no sea de Amazon.
Cuando se compra un libro electrónico en sitios alternativos, como la web de una editorial o en librerías como La Casa del Libro, el lector se puede encontrar con que estos están protegidos con DRM. El formato que generalmente utilizan estas plataformas es ePub, que a diferencia de los archivos de Amazon, es compatible con casi todos los dispositivos de lectura. No obstante, el problema radica en que estos archivos protegidos por DRM no pueden ser fácilmente transferidos ni leídos en otros lectores electrónicos sin antes romper esa protección. Todo pasa por un lector de baja calidad de Adobe que hay que instalar en un ordenador para leer el libro.
La solución
Supongamos que alguien decide comprar un libro electrónico directamente desde la página web de una editorial, en Fnac o La Casa del Libro, porque es una opción más económica y acaba de comprar, por ejemplo, el nuevo reMarkable 3 con tinta electrónica de colores y convertirlo en su nuevo cuaderno y biblioteca portátil. Al descargar el archivo, se da cuenta de que no puede simplemente añadirlo al lector electrónico.
Esto no solo afecta a los lectores que prefieren utilizar otros dispositivos, sino que también limita la propiedad real del libro. A diferencia de un libro físico, que se puede prestar, revender o regalar, los libros electrónicos protegidos con DRM no pueden transferirse libremente entre dispositivos. Es más, si la plataforma que se utiliza deja de existir, también se podría perder el acceso al contenido que se compró.
Esto no solo afecta a los lectores que prefieren utilizar otros dispositivos, sino que también limita la propiedad real del libro
La única manera de superar estas limitaciones es eliminar el DRM del archivo. Existen programas como Calibre, un software muy popular entre los lectores electrónicos, que permite gestionar y convertir archivos ePub y otros formatos. A través de plugins adicionales, los usuarios pueden eliminar la protección DRM para leer el libro en cualquier dispositivo.
Sin embargo, eliminar el DRM puede acarrear problemas legales, ya que muchos países lo consideran una infracción de los términos de uso establecidos por las plataformas que venden los libros. También hay que diferenciar entre liberar el DRM para uso propio y hacerlo para compartir en línea, lo que sí que supone un delito.
La dificultad de leer libros electrónicos en dispositivos que no sean Kindle es, en gran medida, resultado del monopolio que Amazon ha construido en torno a su ecosistema de lectura digital. Aunque el DRM es una medida de protección de los derechos de autor, en la práctica, limita la capacidad de los lectores de disfrutar de los libros y de elegir libremente su dispositivo. A menos que los consumidores recurran a la eliminación del DRM, se encuentran atrapados en plataformas cerradas que controlan cómo y dónde pueden acceder a los contenidos que legítimamente han adquirido.
Mientras no haya un cambio en la manera en que las grandes plataformas y editoriales manejan la propiedad digital, los lectores seguirán enfrentándose a estos problemas y tendrán que elegir entre la comodidad de un ecosistema cerrado o la libertad de leer sin restricciones, aunque esto implique saltarse las reglas.