Zuckerberg, Cook, Bezos... la élite tecnológica avala a Trump y se suma a la «edad dorada»
Los directores ejecutivos de las principales empresas tecnológicas se dieron cita en el Capitolio para ponerse al lado del nuevo presidente de Estados Unidos
Los hombres más ricos del mundo se dieron cita en una fría mañana en Washington para asistir a la investidura del hombre más poderoso del mundo. Esta vez su poder no viene dado por la historia, ahora han sido los propios norteamericanos los que han elegido en masa que Donald J. Trump sea el 47º presidente de su país.
Quizá se esta la razón para que la élite de la tecnología decidiera ir formando filas en torno a Trump y a su nueva administración. El primero fue Elon Musk que con sus naves espaciales y su coches eléctricos invirtió unos 270 millones en propulsar la candidatura del republicano y ahora se ha convertido en su mano derecha.
No importó que Trump dijera «Vamos a acabar con el mandato del vehículo eléctrico» porque su relación con el nuevo presidente va más allá de vender Teslas
Musk fue uno de los aclamados en los actos previos y posteriores. Los rumores de que tendrá un cargo en la nueva Administración son casi una realidad y su trabajo será el de codirector de la nueva agencia de eficiencia gubernamental (DOGE), con la que pretende adelgazar la administración.
Su llegada a Twitter, su conversión en X y su liberación de esa red social de las políticas woke fueron el atractivo que necesitaba el mandatario para ponerse en su lista de amigos cercanos.
Meta y Zuckerberg
Otro que ha pasado de censurar a Trump a donar un millón de euros ya como presidente electo, fue Mark Zuckeberg. El CEO de Meta se reunión con Trump en Florida y, desde ese momento, abrazó sus políticas liberadoras. Primero anunció que Meta se pasaría de la verificación a las notas de la comunidad para evitar la censura y luego acudió al pódcast de Joe Rogan a contar la presión que había ejercido sobre su empresa la Administración Biden. «Nos pidieron que elimináramos cualquier cosa que indicara que las vacunas podían tener efectos secundarios», desveló.
En el capitolio también se pudo ver a Jeff Bezos, fundador de Amazon y ahora metido a editor de The Washington Post, del que es accionista mayoritario. Su acercamiento se produjo en octubre de 2024 cuando impidió a su periódico pedir el voto para Kamala Harris, algo que produjo un terremoto sin precedentes en la prensa de Estados Unidos. El resultado fueron 200.000 bajas de suscriptores y la promesa de que ese medio nunca volvería a escribir respaldos presidenciales.
Google y Apple
La alineación de dirigentes de las Big Tech tuvo dos caras nuevas en estas lides. Por un lado el CEO de Google Sundar Pichai y, por otro, el de Apple, Tim Cook. Del primero poco se sabe de sus inclinaciones políticas. Es cierto que Google tuvo que dejar de prestar servicio a Huawei por imposición de Trump al final de su mandato, pero nunca ha habido críticas abiertas.
Por parte de Cook, el CEO de Apple ya piensa en su retiro y en los meses previos a las elecciones se conoció que habló personalmente con Trump para exigirle que intercediera ante Europa por la asfixia que hacen las normas de Bruselas a las tecnológicas. En concreto, Apple tuvo que modificar la conexión de los iPhone a USBC, ha tenido que hacer frente a multas millonarias y podría tener que volver a ajustar el diseño del iPhone para que tenga batería extraíble por imposiciones europeas.
Cook habló personalmente con Trump para exigirle que intercediera ante Europa
Nada se supo en el Capitolio de Satya Nadella, CEO de Microsoft, aunque hace unos días también acudió a la mansión de Mar-a-Lago en la última reunión de Musk con las Big Tech para hablar de inteligencia artificial y ciberseguridad.
Sillicon Valley ha acercado posturas con Trump en vista de que la nueva Administración va a fomentar el proteccionismo hacia las empresas norteamericanas.