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Reino Unido exige a Apple una puerta trasera en iCloud

Reino Unido quiere abrir una 'puerta trasera' en Apple que podría cambiar para siempre su privacidad

La «Carta de los fisgones» provoca un nuevo problema se seguridad en la compañía de Cupertino

El gobierno del Reino Unido ha ordenado a Apple que implemente una puerta trasera en su sistema de copias de seguridad cifradas de iCloud, lo que permitiría a los servicios de seguridad acceder a los archivos de los usuarios sin su conocimiento, según informa The Washington Post. La medida, basada en la Ley de Poderes de Investigación de 2016, conocida como la «Carta de los fisgones», podría afectar a usuarios de todo el mundo y no solo a los ciudadanos británicos.

No hay duda de que el gobierno británico se la juega con esta petición una vez que Trump ha llegado al poder porque fue precisamente Apple, por mediación de Tim Cook, quien pidió expresamente al nuevo presidente que tomara cartas en el asunto de las sanciones impuestas por Bruselas en este caso a las tecnológicas norteamericanas.

Acceso global

De acuerdo con el informe, el gobierno británico no ha solicitado acceso a cuentas específicas, sino una capacidad de supervisión generalizada sobre los archivos cifrados almacenados en iCloud. La opción de «Protección avanzada de datos», introducida por Apple en 2022, permite que los usuarios cifren completamente sus copias de seguridad, impidiendo incluso que la compañía acceda a sus archivos. Sin embargo, Apple estaría considerando eliminar esta funcionalidad en el Reino Unido para evitar cumplir con la orden.

Apple ha recibido lo que se conoce como un «aviso de capacidad técnica»

Apple ha recibido lo que se conoce como un «aviso de capacidad técnica», un documento que obliga a la empresa a desarrollar la herramienta de acceso gubernamental sin informar a los usuarios. La compañía tiene derecho a apelar la decisión en función del coste y la proporcionalidad de la medida, pero no puede retrasar su implementación mientras se resuelve el recurso.

Cifrado de extremo a extremo

El Reino Unido ha mantenido una postura firme contra el cifrado de extremo a extremo, argumentando que dificulta la lucha contra el crimen organizado, el terrorismo y el abuso infantil. «El cifrado no puede obstaculizar los esfuerzos para atrapar a los perpetradores de los delitos más graves», señaló un portavoz gubernamental en 2022.

No obstante, Apple ha rechazado en reiteradas ocasiones los intentos del Reino Unido por legislar puertas traseras en sus servicios. «No hay razón para que el gobierno británico decida por los ciudadanos del mundo si pueden beneficiarse de la seguridad que proporciona el cifrado de extremo a extremo», afirmó la empresa ante el Parlamento británico en marzo de 2024.

Un precedente peligroso

El debate sobre la privacidad y la seguridad no se limita al Reino Unido. En el pasado, agencias de Estados Unidos como el FBI han expresado preocupaciones similares, aunque en los últimos años han comenzado a recomendar el cifrado como una estrategia para contrarrestar amenazas de ciberataques, especialmente los vinculados a China. En diciembre de 2024, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y el FBI, junto con organismos de ciberseguridad de Canadá, Australia y Nueva Zelanda, recomendaron que el tráfico web esté cifrado en su totalidad. Sin embargo, el Reino Unido no se unió a esta recomendación.

El debate sobre la privacidad y la seguridad no se limita al Reino Unido

Si Apple cede ante la exigencia británica, es probable que otros países, incluidos Estados Unidos y China, también exijan el mismo acceso, generando un dilema global sobre el derecho a la privacidad digital. Además, otras grandes empresas tecnológicas podrían verse presionadas para hacer lo mismo. Google, que ofrece copias de seguridad cifradas en Android desde 2018, y Meta, que protege las copias de seguridad de WhatsApp, no han confirmado si han recibido solicitudes similares de sus respectivos gobiernos.

El futuro del cifrado y la privacidad en la era digital sigue en juego, con Apple en el centro de una batalla que podría redefinir los derechos digitales a nivel mundial.