El impacto de la inteligencia artificial en el empleo
La IA acabará generando más puestos de trabajo de los que destruirá, pero que podamos ocupar esos puestos de trabajo pasa por que seamos capaces de adquirir nuevas habilidades y competencias
¿En tu inteligencia o en la mía?
Hablar sobre Inteligencia Artificial (IA) es hablar sobre el que, seguramente, es el avance tecnológico más revolucionario de los últimos tiempos, y entender que se trata de una tecnología transformadora cuyo impacto es patente por todos nosotros en nuestro día a día, y en todos los tipos de industrias y sectores, y aceptar que su avance va a seguir imparable en los próximos años. La irrupción de la IA en nuestra cotidianidad, pero, sobre todo, en el ámbito laboral, lleva generando, desde hace ya tiempo, un intenso debate acerca de cómo los algoritmos y las máquinas van a afectar al empleo, y, por supuesto, a las personas que ocupan distintos puestos de trabajo. Y es, precisamente, de este debate de donde debemos rescatar las oportunidades y los desafíos a los que, inexorablemente, nos vamos a ir enfrentando en un futuro que se nos presenta cada vez más digital y automatizado.
Una de sus grandes ventajas es su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos
Aunque parece que la IA es una tecnología muy reciente, lo cierto es que el estudio de esta y la aparición de los primeros modelos lo encontramos ya en los años 50 del siglo pasado; década en la que fueron creados los primeros algoritmos y se diseñaron los primeros programas para diagnosticar enfermedades, realizar análisis de datos, e, incluso, desafiar a todo un campeón mundial de ajedrez. Desde entonces, se ha producido una evolución muy significativa, tanto en el alcance de su potencia, como en su aplicación y, hoy, su uso se ha extendido a prácticamente todos los sectores. No debemos obviar que una de sus grandes ventajas es su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y realizar tareas repetitivas con una más que remarcable precisión, lo que la convierte en una herramienta indispensable para incrementar tanto la eficiencia, como la productividad en numerosas áreas. Ahora bien, este avance no ha estado exento de cierta preocupación por su impacto específico dentro del mercado de trabajo y las distintas posiciones laborales.
Quizá, la mayor preocupación es el temor de que la IA acabe haciendo desaparecer puestos de trabajo
Quizá, la mayor preocupación, y la que más extendida está, es el temor de que la IA acabe haciendo desaparecer puestos de trabajo. Esto puede ser una realidad para algunos sectores donde ciertos roles laborales, especialmente aquellos que son rutinarios y de baja cualificación, sí pueden ser reemplazados por la tecnología. Y es que, si, como hemos comentado anteriormente, con la IA podemos llevar a cabo una tarea repetitiva reduciendo prácticamente a cero los errores, con increíble precisión, y de una manera ágil y eficiente, lo lógico es no prescindir de ella, puesto que, en muchos casos, sabemos que no es ahí, en ese tipo de tareas, donde reside el aporte de valor que las personas le otorgan a los puestos. Ese es un matiz muy importante para tener en cuenta. Automatizar tareas y digitalizar procesos permite a las personas poder centrarse en realizar aquello donde la IA no llega, y sí lo hacen las personas.
El impacto del uso de IA en el mercado laboral es mucho más amplio que la automatización de determinadas tareas
No obstante, el impacto del uso de IA en el mercado laboral es mucho más amplio que la automatización de determinadas tareas. Hablamos de una tecnología que permite a través de análisis predictivos, anticiparse a tendencias y tomar decisiones informadas, mejorar la satisfacción de los usuarios mediante la personalización de sus experiencias, realizar diagnósticos médicos más precisos, optimizar la gestión hospitalaria, detectar y prevenir actividades fraudulentas… las aplicaciones en cada uno de los sectores son innumerables, y requieren que los trabajadores seamos capaces de aprovechar el potencial transformador de la IA en los distintos sectores.
Por eso, quizá uno de los desafíos más interesante que tenemos por delante es el de capacitar a las personas a través de la formación continua y de cursos de reskilling y upskilling, porque de esos programas de formación, dependerá, en buena medida, la correcta adaptación a las nuevas demandas planteadas por el mercado laboral. Lo resumía perfectamente Ricardo Palomo en un artículo publicado en este mismo medio: «muchos trabajadores de los próximos años tendrán que añadir una mayor capacidad de pensamiento a sus conocimientos, competencias y habilidades humanas; pues la IA generativa es un extraordinario procesador de información, pero no puede «pensar» por sí misma —aunque lo parezca—. Con esta premisa en mente, es coherente, además, que los planes formativos en las empresas y entidades estén apoyados por gobiernos e instituciones educativas que permitan desarrollar políticas y programas que fomenten la innovación, el desarrollo tecnológico y que, en última instancia, acompañen a las personas en esta capacitación continua, incluyendo, además, una regulación ética sobre el uso de las tecnologías.
Esta transformación de la fuerza laboral también ha traído consigo la creación de nuevos roles que no existían anteriormente
Esta transformación de la fuerza laboral también ha traído consigo la creación de nuevos roles que no existían anteriormente y que han dado lugar a profesiones emergentes como analistas de datos avanzados, ingenieros de IA, especialistas en ciberseguridad, desarrollador de aplicaciones de realidad virtual, ingenieros en automatización y robótica, ingeniero de prompts… Es decir, si bien algunos puestos de trabajo están desapareciendo, también nos encontramos otros que se están transformando y evolucionando para incluir el uso de la IA, e incluso, con nuevos roles profesionales y, por lo tanto, con nuevas oportunidades de desarrollo de carrera.
En resumen, si bien es normal que haya inquietud ante la pérdida de empleo, lo cierto es que la IA acabará generando más puestos de trabajo de los que destruirá, pero que podamos ocupar esos puestos de trabajo pasa por que seamos capaces de adquirir nuevas habilidades y competencias que nos ayuden a adaptarnos a la nueva realidad del empleo y a las nuevas demandas planteadas por el mercado laboral.
* Sonia Cabañas Abello es Responsable de Carreras Profesionales de la Universidad CEU Cardenal Herrera e integrante de los Grupos de Reflexión sobre IA de las Universidades CEU.