De Naturgy a Talgo pasando por Telefónica: Sánchez se entromete, pero no protege
Ya nadie pone el grito en el cielo por esta intromisión del Gobierno en las empresas privadas
Sede de Naturgy en Barcelona
Escuchando los análisis que se hacen estos días sobre el desembarco de Criteria y el Gobierno en Naturgy, percibo un doble argumento bastante torticero. En primer lugar, todos dicen que hay que proteger a las empresas españolas. ¡Pues faltaría más! Pero las empresas no hay que protegerlas cuando vienen los árabes, sean de fondos soberanos de Arabia Saudí o de los Emiratos. No: a las empresas españolas hay que protegerlas siempre. Y llevamos dos legislaturas -las de Pedro Sánchez- donde se ha hecho todo lo contrario: impuestazo a los bancos y energéticas, nuevas cargas fiscales, incrementos del salario mínimo dejando al margen de la negociación a los empresarios… Eso por no hablar de tantas medidas que se han colado de rondón partidos de toda España aprovechando la minoría parlamentaria del Gobierno.
Y en segundo, ya nadie pone el grito en el cielo por esta intromisión del Gobierno en las empresas privadas. La SEPI, Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, el nuevo brazo armado de Moncloa para la intervención en la economía, debutó esta legislatura con la operación de Telefónica. Un regreso al pasado: cuando la empresa de telecomunicaciones tenía mayoría de capital estatal. Pero claro, nos explicaban que la entrada de STC (la empresa árabe) en su capital obligaba a proteger la españolidad de una empresa estratégica.
El Gobierno tiene otras muchas armas para proteger al accionariado antes que comprar un 10 % de su capital con nuestro dinero
No quiero entrar en qué empresas son estratégicas y cuáles no. Solo quiero recordar que el Gobierno tiene otras muchas armas para proteger al accionariado antes que comprar un 10 % de su capital con nuestro dinero. Puede, sobre todo, impedir que superen el 5 % del capital. Y puede exigir tales contrapartidas y condiciones que, de facto, harían inviable cualquier opa, adquisición de acciones o intervención en la misma. Pero claro, si el que decide que una empresa de la competencia, y además amparada por el gobierno saudí, llegue al 10 % es el propio presidente de Telefónica, pues apaga y vámonos. Al final la SEPI/Gobierno, que va comprando lo que puede con el poco dinero que le queda, tiene que involucrar a Criteria, brazo industrial e inversor de Caixabank para que suba su presencia en la teleco y le ayude en el aliño. Pero aquello ha sido solo el principio.
Ya dijimos que la mayoría de las empresas españolas estaban a tiro de opa. Y lo siguen estando porque este Gobierno se ha empeñado en gravar sus beneficios post pandémicos. Y ahora le ha tocado el turno a Naturgy… y Talgo y Puig y lo que venga después. Y de nuevo Isidro Fainé llega al rescate. Me parece encantador cuando el presidente de Criteria dice que le gustaría que en estas empresas, en las que hay que preservar la españolidad, hubiera un inversor industrial, es decir, que sepan de qué va la vaina. Porque Fainé sabe que la SEPI, puesta a gestionar, ha sido un desastre histórico. Y si lo único que interesa es colocar en los nuevos consejos a un par de amiguetes que se han quedado descolgados tras los resultados electorales, el futuro aún puede ser peor.
Si lo único que interesa es colocar en los nuevos consejos a un par de amiguetes que se han quedado descolgados tras los resultados electorales, el futuro aún puede ser peor
En Talgo tienen que entrar empresas que sepan de trenes. En Naturgy empresas que sepan de luz, gas natural y energía solar. Sobre todo porque TAQA, la compañía de Abu Dabi que va a lanzar junto con Criteria la opa sobre Naturgy, es precisamente una energética como STC -la de Telefónica- es una teleco. Saben de lo suyo. Y no entran para hacer un favor al Reino de España. Llegan para mandar y obtener beneficios. Algo, por otra parte, totalmente razonable. Este es el panorama general. El particular traerá nuevas noticias. Mientras tanto, Yolanda Díaz exige a Sánchez que vete la OPA sobre Naturgy y que ponga capital público como en Telefónica; Teresa Ribera ve prematuro hacerlo, y como no hay dos sin tres, Carlos zapatillas Cuerpo desde Washington no sabe si el Gobierno dará el visto bueno a que TAQA se quede con el 40 % de Naturgy. María Jesús Montero está al caer.
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