Agricultura
Los cultivos «ignorados por las políticas agrarias» que son clave para los científicos
Las directrices de las instituciones para el desarrollo sostenible ganan terreno con el paso de los años, aunque, según la ciencia, «la mayoría de políticas agrarias a nivel mundial» desprecian cultivos tradicionales de gran valor contra el cambio climático.
Las políticas orientadas a favorecer los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) que marcan la Agenda 2030 caen como una losa sobre las explotaciones, donde agricultores y ganaderos ven cómo se les exigen prácticas para favorecer el respeto por el medio ambiente mientras sus negocios agonizan.
La imposición de prácticas medioambientales para conseguir una remuneración extra marcó la PAC (Política Agraria Común) 2023-2027, fuertemente condenada desde el campo por la excesiva burocracia y las complicaciones de aplicación.
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Lejos de la gran política agraria europea se sitúa el análisis científico de un equipo coordinado por la Estación Biológica de Doñana - CSIC. Según un artículo publicado en Nature Sustainability, los científicos consideran que los cultivos arbóreos «siguen siendo ignorados en la mayoría de las políticas agrarias a nivel mundial a pesar de ser fundamentales para lograr los ODS».
La investigación destaca que cultivos como los olivos, el café, los árboles frutales o el cacao cubren en conjunto más de 183 millones de hectáreas en todo el mundo y que, además de ser esenciales para la dieta y la economía global, también tienen un enorme potencial para proteger la biodiversidad, combatir el cambio climático y mejorar la vida de millones de personas en todo el planeta.
«Estamos perdiendo la oportunidad de aprovechar los cultivos arbóreos para enfrentar algunos de los mayores desafíos ambientales y sociales de nuestro tiempo», apunta Carlos Martínez-Núñez, investigador de la Estación Biológica de Doñana y coordinador del estudio, en un comunicado del CSIC.
«Si se gestionan correctamente, además de proveer unas 1.000 millones de toneladas métricas de alimento al año, estos sistemas agrícolas pueden ser una herramienta clave para proteger la biodiversidad, mitigar los efectos del cambio climático, y reducir el desempleo, así como la pobreza rural», explica el autor.
Los expertos califican como «urgente» que los responsables políticos desarrollen una agenda específica que impulse prácticas más sostenibles para cultivos como arbóreos. «Las políticas agrarias suelen focalizarse en la gestión sostenible de cultivos de dinámica anual como el trigo, el girasol o el arroz, cuyo ciclo de vida, desde que germinan hasta que producen fruto y se reproducen, ocurre en un periodo máximo de un año. Sin embargo, muy pocos se centran específicamente en los cultivos arbóreos perennes», señala el CSIC.
El estudio reconoce la importancia de trabajar sobre los cultivos anuales para mejorar la sostenibilidad agrícola, aunque ensalza a los arbóreos, ya que tienen una mayor complejidad estructural y ofrecen una amplia gama de micro hábitats en los que puede coexistir una rica biodiversidad si se gestionan de manera apropiada.
En el aspecto socioeconómico, los cultivos arbóreos perennes tienden a estar menos mecanizados y a menudo requieren más mano de obra, lo que ofrece una oportunidad para reducir el desempleo y apoyar el desarrollo rural, especialmente en países en vías de desarrollo donde estos cultivos son comunes.
Ignasi Bartomeus de la Estación Biológica de Doñana afirma que «necesitamos políticas adaptadas a diferentes situaciones, desde incentivos económicos para restaurar zonas naturales en cultivos intensivos, a regulaciones internacionales que aseguren un desarrollo sostenible de la agricultura en los países productores».
Cultivos arbóreos como el olivo, el café, los árboles frutales o el cacao ocupan la tierra durante varios años sin replantación, lo que hace que estos hábitats sean relativamente estables dentro de un mismo año y de un año a otro. Otro de sus beneficios reside en sus extensas raíces y abundante hojarasca, que ayudan a reducir la erosión del suelo, aumentar su fertilidad y proporcionar hábitats permanentes para muchas especies.