Agricultura y ganadería
Los frentes de batalla del campo en Bruselas: entre la esperanza polaca y «el absurdo del lobo»
La relación entre lo que pasa en los cultivos y las explotaciones ganaderas y Bruselas es directa. Lo que se decide en la capital belga condiciona el día a día a más de 1.000 kilómetros, mientras que los gritos de auxilio y protesta desde los campos de España retumban en la sede de la Unión Europea (UE).
El barrio europeo de Bruselas, donde ya se dejaron ver los tractores en 2024, está en el foco de aquellos que encuentran la labor agrícola como mucho más que un medio de vida. Las decisiones que marcarán el futuro de sus tierras y animales pasan por las instituciones europeas, uno de los frentes de batalla con mayor interés para las organizaciones profesionales agrarias.
El inicio del curso estará marcado por el protagonismo de Polonia en el Consejo de la UE. José María Castilla, director de la oficina de Asaja en Bruselas, destaca en conversación con El Debate el papel que tendrán los centroeuropeos en la defensa de las causas del campo español durante su etapa en la presidencia: «Polonia defiende a ultranza la agricultura y la ganadería y eso juega en nuestro favor».
De la pugna por Mercosur a la situación del lobo pasando por el bienestar animal y la edición genética. El dirigente subraya los puntos calientes en los que los agrarios concentrarán su fuerzas en Bruselas: «Nuestras reivindicaciones no van a parar, si tratan de engañarnos daremos guerra también en las calles».
Polonia, junto a Francia, Irlanda, Bélgica, Países Bajos y Austria, es uno de los países que ha rechazado públicamente el acuerdo de libre comercio con Mercosur (Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil), por lo que tiene un papel fundamental a la hora de ratificación del trato.
«El Parlamento Nacional polaco ya tiene una resolución en contra de la alianza con Mercosur. La carta que jueguen ahora es trascendental», indica Castilla, que apunta que en los planes de Polonia también está la discusión sobre la PAC (Política Agraria Común) y el marco financiero plurianual del futuro, donde aceptarán recortes: «Quieren que los presupuestos futuros cuenten con la inflación para que, aunque suban los valores totales, el agricultor no salga perjudicado».
Protección del lobo
El estatus del lobo es una de las disputas constantes en las conversaciones europeas de los últimos tiempos. La inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) en España en 2021 generó ira entre los ganaderos, que desde entonces han sido víctimas de 8.000 ataques a sus animales.
«En marzo se va a debatir el cambio del lobo de especie de fauna estrictamente protegida a especies de fauna protegidas. No queremos aniquilar al lobo y eliminarlo del ecosistema, ni muchísimo menos. Lo que pide el campo es que en caso de que haya ataques o una manada conflictiva se puede aplicar la gestión cinegética», argumenta Castilla.
El director de la oficina de Asaja en Bruselas puntualiza que la revisión de la Directiva Hábitats, que es donde está regulado el lobo, no implica que cambie la ley en España: «Si un Estado miembro quiere ser más restrictivo y dar más protección al cánido de lo que dice la ley europea lo podrá hacer».
Es decir, si España decide mantener la protección especial del lobo podrá hacerlo. A partir de marzo la presión se traslada al Ejecutivo de Pedro Sánchez, que pese a ser el país con más ataques del depredador, es el único gobierno europeo –junto con Irlanda, que no tiene poblaciones de cánidos– que no está a favor del cambio de estatus. «Sería absurdo, pero cualquiera sabe», advierte el representante de Asaja en Bruselas.
Cláusulas espejo
Las tan mencionadas cláusulas espejo –o lo que es lo mismo, que los países con los que la UE tiene acuerdos comerciales agroalimentarios jueguen con las mismas reglas que los productores europeos–, son uno de los capítulos que más discordia genera del trato con Mercosur.
Castilla señala que Polonia, en la presidencia del Consejo los próximos seis meses, quiere darle una vuelta de tuerca al bienestar animal. «En Europa hay restricciones al transporte de animales vivos que en los países de Mercosur ni se plantean y eso crea una distorsión en el mercado», lamenta.
Según cuenta Castilla, los borradores sobre políticas de bienestar animal hablan de prohibir el transporte de ganado vivo cuando se superen los 30 grados, pero no dicen nada de las temperaturas bajas: «Eso es una discriminación a los países del sur de Europa y hay que discutirlo».
Asimismo, las nuevas técnicas de edición genética y la aplicación de biotecnología en el campo será uno de los temas de peso en las conversaciones de los agrarios españoles en Bruselas.
«Es algo esencial, Europa no puede volver a perder este tren. La biotecnología permite ser más eficiente y sostenible y nuestros competidores ya la aplican. Corremos el riesgo de que aquí se prohíba o no se regule y tengamos que recurrir a terceros países. La edición genética está bloqueada en el Consejo y Polonia quiere desatascarlo", concluye Castilla.