Trabajos agrarios con un tractor

Trabajos agrarios con un tractorEuropa Press

El campo exige prudencia a la hora de retar a Trump: «La guerra nos puede hacer más daño a nosotros»

El balance comercial agroalimentario entre Estados Unidos y la UE es claramente positivo para el bloque comunitario, con unas exportaciones en 2024 de unos 38.000 millones de euros, frente a unas importaciones de unos 14.000 millones

Las consecuencias del pulso comercial que mantienen la Unión Europea (UE) y Estados Unidos desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca mantienen en vilo a agricultores y ganaderos.

Los productores temen que el presidente norteamericano aumente la presión respecto al sector primario europeo, ya que la balanza comercial entre los bloques muestra que los aranceles en productos agroalimentarios perjudicarían más a la UE que a EE.UU.

«Si las contramedidas europeas se quedasen en las Harley Davidson y los vaqueros Levi´s sería una cosa, pero habrá que ver a cuáles otros productos se extienden y, sobre todo, cómo responde Trump», señala la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos.

La organización agraria recuerda que el balance comercial agroalimentario entre Estados Unidos y la UE es claramente positivo para la Unión Europea, con unas exportaciones en 2024 de unos 38.000 millones de euros, frente a unas importaciones de unos 14.000 millones. En los últimos 10 años, el ritmo de ventas de España a EE.UU. se ha incrementado de manera muy importante y en el trienio 2021-2023 el superávit rondó los 900 millones de euros, mientras que en 2024 se superaron los 1.500 millones de euros. «La guerra nos puede hacer más daño a nosotros que a ellos», indican en Unión de Uniones.

El campo exige prudencia a los políticos europeos y decisiones medidas ante la amenaza de Trump para evitar que sus consecuencias recaigan sobre el sector productor y los consumidores en productos básicos. «Una guerra comercial va a perjudicar a los ciudadanos de ambas partes implicadas», recalcan en la organización, que apunta que la agroalimentación no debe ser utilizada nunca como moneda de cambio.

EE.UU. anunció que responderá con impuestos en frontera de 200 % al vino o el champán como represalia a las diseñadas para determinadas bebidas alcohólicas americanas, pero existe una gran incertidumbre ante el anuncio de la administración estadounidense de otros aranceles adicionales a productos agrícolas importados, de los que aún no se han especificado los detalles.

Unión de Uniones pide reclama que no se coloquen aranceles adicionales a productos vitales para el desenvolvimiento normal del sector agrario en los que la UE es deficitario, como la materia prima para piensos ganaderos.

«Al final, los aranceles no son un castigo para los gobiernos, sino para las personas. La UE debería estar hablando con productores y consumidores de los dos lados y favoreciendo contactos entre ellos», considera la organización, que concluye que los intereses convergentes permitirían hacer presión desde la base a las autoridades y gobiernos respectivos «para acabar pagando el pato los mismos de siempre».

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