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El astronauta Mark Vande Hei, a bordo de la Estación Espacial InternacionalNASA

La difícil convivencia en la Estación Espacial Internacional en pleno conflicto ucraniano

En esta instalación están conviviendo cuatro estadounidenses, dos rusos y un alemán

En plena escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania, hay un pequeño reducto en el que la convivencia es especialmente delicada: la Estación Espacial Internacional –ISS, por sus siglas en inglés–. En esta nave están conviviendo, como si de un mal chiste se tratara, cuatro estadounidenses, dos rusos y un alemán.

De momento, la colaboración entre la agencia espacial rusa y la NASA sigue adelante, pese a las dificultades. Un portavoz de la agencia estadounidense aseguró que «las operaciones en curso de la estación continúan, incluyendo el trabajo para llevar a la tripulación al puesto orbital y devolverla de forma segura a la tierra».

En la estación, y de acuerdo con el blog de la NASA que publica el día a día de la misión, reina aparentemente la tranquilidad. Desde que comenzó el conflicto, se han publicado las imágenes de los astronautas trabajando en sus actividades diarias sin menciones a la invasión.

En la Tierra, sin embargo, esta situación es totalmente opuesta. El director de Roscosmos, Dimitri Rogozin, con la habitual delicadeza rusa en estos tiempos, se preguntaba hace unos días en un tuit: «si Estados Unidos bloquea la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la ISS de una salida incontrolada de su órbita o de estrellarse contra Estados Unidos o Europa?».

Sin embargo, no es la primera vez que Rogozin saca los pies del tiesto. En 2014, cuando EE.UU. promulgó sanciones por la anexión rusa de Crimea, el director de Roscosmos ya bromeó que los astronautas estadounidenses podrían alcanzar la ISS «con un trampolín».

A lo largo de más de dos décadas de operaciones mutuas, la ISS ha sido un ejemplo de cooperación internacional pacífica que ha llevado incluso a algunos a solicitar el Nobel de la Paz para el proyecto.

Sin embargo, el presidente estadounidense, Joe Biden, ya ha advertido que las sanciones impuestas a varios niveles, también «degradarán la industria aeroespacial, incluido su programa aeroespacial». La NASA, por su parte, se desmarca asegurando que los siete tripulantes seguirán trabajando con normalidad. Sin embargo, este conflicto parece que causará una herida muy difícil de cerrar.