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Un saltamontes contaminado por el 'Cordyceps' real y de fondo, un zombi infectado con el de la serie

Un saltamontes contaminado por el 'Cordyceps' real y, de fondo, un zombi infectado con el hongo ficticio de la seriePaula Andrade

Ciencia

Cordyceps: así es el hongo de la serie 'The Last of Us' que también existe en la vida real

El microorganismo lleva coevolucionando con los humanos unos 45 millones de años

Cordyceps. El nombre del hongo apocalíptico que vertebra la trama de The Last of Us, la nueva y aclamada serie de HBO, ha avivado la imaginación de los espectadores al especular con la posibilidad de un mundo devastado por un parásito de características similares. Pero, ¿hay realmente algo que temer?

La respuesta, por suerte, es no. Porque aunque el Cordyceps existe (su nombre real es Ophiocordyceps unilateralis, más conocido como el 'hongo de las hormigas zombis', y su hábitat se encuentra en las selvas tropicales), la eventualidad de que acabe infectando a los humanos a causa de un calentamiento global, como ocurre en la serie, es nula.

Así se han apresurado a aclararlo algunos micólogos (botánicos expertos en el estudio de hongos) como João Araujo, del Jardín Botánico de Nueva York, quien ha resaltado que esa familia de organismos «lleva coevolucionando [con los humanos] unos 45 millones de años» y, «si realmente quisiera infectar a los mamíferos, necesitaría aún millones de años de cambios genéticos».

Y así es: el hongo (que pertenece a la amplia familia fúngica Ophiocordyceps) debe su sobrenombre a las hormigas a las que infecta, único organismo cuyo cuerpo han logrado colonizar desde el origen de los tiempos. Como si de un embrujo se tratara, el patógeno se introduce en el exoesqueleto de sus huéspedes, reemplazando sus tejidos hasta tomar pleno control de su sistema nervioso. Una vez ‘poseídas’, el hongo obliga a las hormigas a subir hasta un árbol y morder sus hojas. Días después, la cabeza del insecto explota, liberando con ello una lluvia de esporas que buscarán nuevos blancos en los que repetir el proceso.

Una especie por cada hongo

Pero las infecciones fúngicas son solo posibles en un único tipo de insecto por cada hongo que logra desarrollarse para envenenarlo, por lo que uno que infecte a una clase de hormiga no será capaz de hacerlo con otra. Salvo una excepción constatada hasta ahora: el Candida auris, un hongo capaz de contaminar a personas muy enfermas y con un sistema inmunitario altamente debilitado.

Por lo demás, y tal y como los propios científicos de la serie explican, los hongos no pueden desarrollarse correctamente por encima de los 32ºC, por lo que la posibilidad de infectar a los humanos resultar prácticamente imposible al ser su temperatura corporal cercana a los 37ºC. Y aunque el cambio climático podría propiciarlo, lo cierto es que ese proceso sería mucho más largo que el propio calentamiento global en sí.

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