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Un entierro espacial en la órbita terrestreSpaceflights.com

Entierros espaciales: la alternativa funeraria para los amantes de las estrellas

Varias empresas ofrecen servicios de pocos miles de dólares por esparcir restos cremados sobre la órbita terrestre, la Luna o el espacio profundo

Cuando esparcir las cenizas por el mar, la montaña o su lugar favorito se le queda pequeño al difunto, hay empresas que plantean una alternativa para bolsillos de casi todos los niveles: el espacio.

Por precios que oscilan entre los 3.000 y los 12.000 dólares en función del servicio, la compañía estadounidense Celestis, por ejemplo, ofrece diseminar los restos cremados de quienes así lo deseen por la órbita terrestre, la Luna o incluso el espacio profundo.

Fue esta empresa, precisamente, la que abrió la veda en 1997 desde un enclave español: la Base Aérea de Gando, en Gran Canaria. Aquel 21 de abril, un cohete Pegasus puso en órbita el primer satélite patrio, el Minisat 01, pero también envió las cenizas de 24 personas a bordo de un cohete Pegasus. Entre ellas se encontraban las del productor Eugene Rodderberry, creador de Star Trek, que ya habían hecho un viaje de ida y vuelta a bordo del transbordador espacial Columbia cinco años antes.

Celestis fue la primera, pero el sector ha crecido desde entonces, sobre todo en la última década. Algunas de las más conocidas a día de hoy, aparte de la mencionada, son Elysium Space (fundada en 2013), Space NTK (2017), Aura Flight (2019) y Beyond Burials (2020).

Así funcionan

El servicio más común (y también el más económico) son los entierros orbitales y suborbitales. Más de 10 vuelos entre 1992 (el primero de Rodderberry) y 2022 han esparcido restos humanos a esa altura. La forma de hacerlo, eso sí, varía: mientras algunas compañías operan con globos aerostáticos que incluyen en el servicio un vídeo que posteriormente se entrega a las familias, otras funcionan a través de las llamadas cargas útiles secundarias, es decir, mediante cohetes de empresas privadas a las que se pagan por transportarlas.

En el caso de estas últimas compañías, se han realizado también «entierros» lunares, de los que el más destacado fue el de Eugene Shoemaker, geólogo y codescubridor del cometa Shoemaker-Levy 9. Entre los famosos cuyos restos reposan entre las estrellas se encuentran científicos, físicos, astronautas y, en general, personas vinculadas a la ciencia. Pero también hay actores (varios de ellos, cómo no, también de Star Trek), artistas y personas de a pie, según muestran las páginas web de estas empresas. El caso más extremo es el del astrónomo Clyde Tombaugh (1906-1997), quien descubrió Plutón en 1930 y cuyos restos fueron enviados a bordo de la sonda New Horizons, la primera dirigida hacia el planeta enano, en enero de 2006.