Ciencia
Esta es la montaña más grande del Sistema Solar (y mide casi tres veces el Everest)
Se encuentra en Marte y sus medidas son descomunales: 22 kilómetros de alto y más de 600 de largo
El Sistema Solar esta repleto de accidentes geográficos inverosímiles que dejan en anecdóticos a sus análogos de la Tierra, al menos en cuanto a tamaño. Uno de ellos es el monte Olimpo de Marte, descubierto en el siglo XIX y cuyas medidas, tanto a lo largo como a lo ancho, resultan absolutamente abrumadoras.
El Olimpo, formado durante los últimos 1.800 millones de años, se encuentra en el hemisferio norte del Planeta Rojo y tiene una altura de nada menos que 22 kilómetros de altura, casi tres veces el tamaño del Everest (8.849 metros).
Sin embargo, su desproporcionada elevación apenas es nada si se compara con su extensión: 283.000 kilómetros cuadrados; 624 kilómetros de diámetro. Para hacernos una idea, para recorrerlo de una punta a otra, tendríamos que caminar el equivalente al tamaño de Polonia o de Ecuador. En términos más cercanos a nuestras coordenadas, la montaña (que es, realmente, un volcán) ocupa más de la mitad de la España peninsular. En cuanto a su caldera, mide 85 kilómetros de largo, 60 de ancho y casi tres de profundidad.
Observado por primera vez de cerca en 1971 por la sonda de la NASA Mariner 9, el Olimpo, que se enclava en una depresión de unos 2.000 metros, está salpicado por acantilados de hasta 6 kilómetros.
Su tamaño es tan descomunal, de hecho, que ni siquiera podría observarse en su totalidad desde la superficie. Incluso aunque el espectador se alejase mucho de la base, la propia curvatura del planeta impediría apreciar su forma. Lo mismo, de hecho, ocurriría desde la cima, ya que la pendiente se prolongaría hasta el horizonte. La única forma de verla en su totalidad es, por tanto, desde el espacio.
El desproporcionado tamaño de Olimpo se debe a que Marte, a diferencia de la Tierra, carece de placas tectónicas que choquen entre sí y transformen su superficie. Esto propició que el volcán soltase lava durante millones de años en el mismo lugar, creciendo hasta convertirse en la mastodóntica montaña que es hoy.