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Lanzamiento del Starship, en directo

La nave Starship, en la plataforma de lanzamiento de SpaceX en Texas, el pasado abril

La nave Starship, con la que la NASA volverá a la Luna, podría volver a probarse «a mediados de noviembre»

SpaceX, de Elon Musk, lleva meses trabajando para corregir los aspectos técnicos que provocaron su explosión en abril

SpaceX, la empresa espacial de Elon Musk y desarrolladora de la nave Starship, con la que la NASA consumará su primer alunizaje en 50 años en 2025 (si nada lo retrasa o impide), ha anunciado oficialmente que el segundo vuelo de prueba del vehículo podría tener lugar «a mediados de noviembre», aunque la luz verde al lanzamiento continúa sujeta a la «aprobación regulatoria». Según los portales especializados, de hecho, el código fuente de la web fija el 'Día D' en el próximo lunes, 13 de noviembre, pero dada la proximidad de esa fecha, esto último resulta improbable (más bien, se trata de la jornada en que se abre la ventana de lanzamiento, según fuentes de la industria).

La Starship recibió la semana pasada el visto bueno de la Administración de Aviación Federal de EE.UU., pero sigue sin contar aún con la aprobación ambiental del Servicio de Pesca y Vida Silvestre. Cuando el pasado 20 de abril la Starship despegó desde la base de SpaceX en Boca Chica (Texas), la potencia de ignición de sus poderosos motores Raptor llegó a destruir parcialmente la plataforma de despegue, lo que provocó una tormenta de polvo y arena que afectó a los humedales de la zona. Para evitar que esto vuelva a repetirse, SpaceX ha instalado un sistema deflector de llamas que expulsa agua a alta presión para mitigar la potencia de los motores. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre se centra ahora en analizar la efectividad de este sistema en aras de proteger a la fauna de la zona.

La compañía ha estado trabajando estos siete meses en corregir y ajustar el funcionamiento de la nave para evitar que vuelva a explotar al separarse la segunda etapa de la primera, como ocurrió en abril apenas transcurridos tres minutos desde el despegue (la duración de la prueba de vuelo es de 90 minutos).

Por ello, ha cambiado el Control de Vector de Empuje (que se incendió durante el ascenso, lo que provocó que tres de los 33 motores del cohete Super Heavy que propulsa la nave fallaran) y también el mecanismo de separación de etapas, así como cientos de otras modificaciones.

Según Elon Musk (conocido, por otra parte, por otorgar fechas y plazos irreales para la consecución de sus proyectos), la probabilidad de éxito de este segundo intento es «mucho mayor».

En su prueba de vuelo, la Starship amerizará en la isla de Kauái (Hawái), mientras que el cohete reutilizable Super Heavy deberá retornar a la plataforma de lanzamiento de SpaceX en Boca Chica.

Con 120 metros de altura, la Starship es la nave espacial más potente de la historia, y Musk pretende consumar su sueño de colonizar Marte gracias a ella. «La mejora de recursos es esencial mientras trabajamos para construir un sistema de transporte totalmente reutilizable capaz de transportar tripulación y carga a la órbita terrestre, ayudar a la humanidad a regresar a la Luna y, en última instancia, viajar a Marte y más allá», apunta SpaceX en su página web.

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