Un astrónomo pone fecha a la primera expedición humana a Marte
Son varios los desafíos técnicos que se deberán superar para hacerla realidad
Aunque todavía faltan años para que eso ocurra, la humanidad ya planea la forma de llegar a Marte.
Muchas son, sin embargo, las dificultades técnicas que deben superarse, por lo que las agencias espaciales, con EE.UU. y China a la cabeza, pretenden desembarcar primero en la Luna, un objetivo mucho más cercano, como paso previo a un eventual viaje al Planeta Rojo.
En este sentido, el astrónomo David Whitehouse ha vaticinado recientemente en declaraciones a Sky News que la primera expedición humana a Marte tendrá lugar en la década de 2040, en consonancia con los planes de la NASA.
Además de servir como el primer entorno extraterrestre en el que viviría el ser humano durante un periodo prolongado, el valor de la Luna también reside en los grandes volúmenes de agua congelada que alberga el polo sur del satélite. Este hielo podría proporcionar oxígeno para respirar, combustible para los cohetes (gracias al hidrógeno) y agua para los astronautas.
«Así que ir a la Luna tiene valor en sí mismo. Pero también hay hielo en Marte, así que lo que aprendes en la Luna puede servir para extrapolarlo y aplicarlo allí», explica.
Retos
Son, sin embargo, varios los desafíos que se presentan para convertir el sueño lunar en marciano. El primero es el de la distancia: «La Luna está a tres días y es relativamente sencillo llegar allí, pero Marte es la gran frontera, porque se necesitará un año para ello», apunta el astrónomo.
Esta extensa duración del viaje es un terreno inexplorado, porque se desconoce aún «cómo puede mantenerse vivo un humano en el espacio profundo en un viaje tan largo». Para más señas, una estancia en la Estación Espacial Internacional dura unos seis meses en promedio, por lo que todavía hay poca información sobre cómo afectaría al cuerpo humano, tanto física como psicológicamente, una travesía de un año en el espacio.
En este sentido, son tres los obstáculos a los que se enfrentaría una expedición: gravedad cero, radiación y confinamiento.
La gravedad cero supone que los músculos no necesiten trabajar como lo harían en la Tierra, lo que los debilita y deteriora con el tiempo. Además, también hace que el corazón y los pulmones no puedan bombear oxígeno de manera efectiva por todo el cuerpo, y la densidad ósea cae más del uno por ciento por mes, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis. A nivel mental, el experimento Mars500, realizado en 2010, provocó insomnio y trastornos del sueño a los seis hombres que pasaron 520 días aislados en una cámara sin ventanas.
En cuanto a la radiación, la única manera de proteger de ella a los astronautas en una misión prolongada a Marte sería construir una nave espacial más voluminosa o utilizar materiales de protección más eficientes, lo que encarecería y dificultaría los lanzamientos.
Por otra parte, tampoco hay forma de establecer comunicación directa con los astronautas que viajen más allá de la Luna, por lo que el sistema de comunicaciones láser de la NASA permitirá a los astronautas mantenerse en contacto con personas en la Tierra y, al mismo tiempo, enviar datos.
La agencia trabaja actualmente en varias tecnologías para superar todos estos escollos.