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Cerdo de mar rosado, una de las especies descubiertas en la expedición del buque James Cook

Cerdo de mar rosado, una de las especies descubiertas en la expedición del buque James CookSMARTEX/NHM/NOC

Hallan a miles de metros de profundidad animales que pueden vivir hasta 15.000 años

Una expedición en las llanuras abisales amplía los conocimientos sobre este entorno ignoto

Las llanuras abisales son zonas de aguas profundas a entre 3.500 y 5.500 metros bajo la superficie que, aunque ocupan más de la mitad de la extensión de la Tierra, no han sido apenas estudiadas debido a su dificultad por acceder a ellas, lo que en la práctica supone que no se sepa mucho de su enigmática vida animal y orgánica.

Recientemente, una de las expediciones científicas que se han aventurado a explorarlo realizó notables contribuciones al catálogo faunesco de este entorno. Entre las especies descubiertas, los investigadores hallaron pepinos de mar transparentes, esponjas en forma de cuenco y cerdos de mar rosados.

«Estas áreas son las menos exploradas de la Tierra. Se estima que sólo una de cada diez especies animales que viven aquí abajo ha sido descrita por la ciencia», afirmó Thomas Dahlgren, ecólogo marino de la Universidad de Gotemburgo y del Centro de Investigación Noruego (Norce), que añadió: «Este es uno de los pocos casos en los que los investigadores pueden participar en el descubrimiento de nuevas especies y ecosistemas de la misma manera que lo hicieron en el siglo XVIII. Es muy emocionante».

Pepino de mar

Pepino de marSMARTEX/NHM/NOC

La exploración se realizó durante 45 días a bordo del buque de investigación británico James Cook. Según los científicos, los animales que viven en las llanuras abisales se han adaptado a un entorno con muy pocas fuentes de nutrición. «La mayoría se alimenta de desechos orgánicos, conocidos como nieve marina, que caen de las zonas más productivas cercanas a la superficie. Como resultado, esta población animal está dominada por los que se alimentan por filtración, como las esponjas; y los que se alimentan de sedimentos, como los pepinos de mar», indican. Esta falta de alimentos, dice Dahlgren, hace que los organismos vivan muy separados, pero eso no impide que la variedad de especies sea «sorprendentemente alta».

En sus tareas de exploración, los investigadores utilizaron un vehículo operado a distancia (ROV) para fotografiar la vida en las profundidades marinas y recoger muestras para futuros estudios.

Anémona de mar

Anémona de marSMARTEX/NHM/NOC

Una de las especies captadas por la cámara fue una esponja vítrea con forma de copa, un animal que se cree que tiene la mayor esperanza de vida del mundo: hasta 15.000 años. Otro fue el cerdo de mar rosado, un pepino de mar que se mueve lentamente por las desoladas llanuras en busca de sedimentos ricos en nutrientes. «Estos pepinos de mar fueron algunos de los animales más grandes encontrados en esta expedición. Actúan como aspiradoras del fondo del océano y se especializan en encontrar sedimentos que hayan pasado por el menor número de estómagos», dice Dahlgren.

La minería, ¿un problema?

El objetivo de la expedición –indica la Universidad de Gotemburgo en una nota de prensa– era mapear la biodiversidad de la zona, donde está prevista la extracción en aguas profundas de metales raros utilizados en paneles solares, baterías de automóviles eléctricos y otras tecnologías de energía renovable. Varios países y empresas esperan autorización para extraer estos metales unidos a nódulos minerales que yacen en el fondo del océano. Los científicos quieren saber más sobre cómo la minería podría afectar el ecosistema, descubrir cómo está organizado este hábitat y registrar las especies existentes.

«Necesitamos saber más sobre este entorno para poder proteger las especies que viven aquí. Hoy en día, el 30 % de estas áreas marinas están protegidas, y debemos certificar si esto es suficiente para garantizar que estas especies no están en peligro de extinción», afirma Dahlgren.

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