El extraño fenómeno físico que experimentan algunas naves espaciales y para el que no se encuentra explicación
Desde que se detectara por primera vez en 1990, un extraño comportamiento experimentado por algunas sondas espaciales ha desconcertado a las agencias espaciales, sin que se haya logrado todavía explicar la causa.
Se trata de la anomalía de sobrevuelo, un fenómeno por el cual una nave espacial que realiza una maniobra de sobrevuelo alrededor de la Tierra u otro cuerpo a fin de obtener impulso experimenta una pequeña aceleración o desaceleración inesperada.
La variación es intrigante por dos motivos.
En primer lugar, no se puede explicar del todo por las leyes de física conocidas o por la propia gravedad, de forma que los modelos y teorías empleados para planificar la misión no logran predecirlo.
En segundo, no siempre ocurre, por lo que resulta complicado detectar un patrón que ofrezca pistas y facilite la resolución del misterio.
El cambio de velocidad suele ser muy pequeño, de milímetros por segundo, pero ha podido ser detectado gracias a instrumentos de medición de precisión extrema.
Tras constatarse por primera vez en la sonda Galileo, que experimentó una aceleración mayor de la esperada durante su sobrevuelo a la Tierra en diciembre de 1990, ocurrió lo mismo después con la sonda NEAR Shoemaker en 1998 y la sonda Rosetta en 2005.
Posibles explicaciones
Para tratar de explicarlo, se han propuesto varias teorías e hipótesis, aunque ninguna goza de consenso científico.
En primer lugar, según se ha indicado, pudiera que ser que efectos relativistas desconocidos que no se hayan tenido en cuenta hasta ahora influyeran en las variaciones.
Por otro lado, también cabe la posibilidad de que por la masa irregular de la Tierra, o por el efecto de la atmósfera, se experimenten pequeños cambios en el campo gravitacional que den lugar a interacciones no esperadas con las naves.
Por último, aunque menos probable, podría tratarse de algún problema con las teorías gravitacionales actuales o incluso de algún tipo de «nueva física».