Traje espacial diseñado por Prada y Axiom Space y presentado este miércoles en Milán
Prada presenta los trajes espaciales con los que la NASA volverá a pisar la Luna en pocos años
Blancos, con detalles en rojo, y con telas innovadoras que potenciarán la flexibilidad, movilidad y seguridad. La firma italiana de lujo Prada presentó este miércoles el diseño de los trajes espaciales que los astronautas de la misión Artemis 3, la primera de la NASA que volverá a pisar la Luna más de medio siglo después, bajo la intencionalidad principal de ofrecer «mayor comodidad» sin perder de vista el aspecto estético.
Desarrollados en colaboración con la compañía aeroespacial Axiom Space –encargada de la parte técnica de la indumentaria–, las primeras imágenes de los monos fueron reveladas en el Congreso Astronáutico Internacional en Milán.
«La experiencia de Prada ha permitido usar tecnologías avanzadas y métodos de cosido innovadores para colmar la diferencia entre una ingeniería elevada y un aspecto externo blanco estéticamente atractivo, ofreciendo a los astronautas una mayor comodidad y mejorando al mismo tiempo la prestación de los materiales», señaló Axiom Space en un comunicado.
Por su parte, el director de Responsabilidad Social Corporativa de Prada, Lorenzo Bertelli, aseguró que el proyecto ha impulsado a la marca a «ir más allá de sus propios límites». «Hemos compartido nuestras competencias sobre materiales y altas prestaciones, nuestras características y técnicas de coser, y hemos aprendido mucho», celebró.
El traje, visto de costado
Además del traje en sí, los astronautas de Artemis 3 (cuya misión está prevista para septiembre de 2026) tendrán también guantes hechos a medida y un casco con luces y una cámara en alta definición, entre otros equipamientos.
Rumbo a Marte
El programa Artemis, impulsado por la NASA y en el que participan también otras agencias espaciales y empresas privadas, tiene por objetivo establecerse de manera semipermanente en la Luna con bases lunares y una estación orbital, entre otros elementos. Con ello, el ser humano se instalará por primera vez en su historia en otro mundo, lo que a su vez le servirá de preparación para, previsiblemente, hacerlo también algún día en Marte.
