El avión cero emisiones de la NASA y Boeing completa su fase clave de pruebas
Uno de sus objetivos es influir en el diseño de la próxima generación de aviones de pasillo único, que constituyen el segmento más utilizado en la aviación comercial mundial
El proyecto Sustainable Flight Demonstrator (SFD), liderado por la NASA en colaboración con Boeing, ha logrado un avance significativo en su objetivo de construir un avión experimental 'cero emisiones', el X-66. Recientemente, la iniciativa completó una fase clave de pruebas en túnel de viento, marcando un paso crucial hacia un diseño más sostenible para la aviación comercial.
El X-66 destaca por su innovador concepto de ala, conocido como ala con refuerzos de celosía transónica. Este diseño combina alas extralargas con puntales diagonales para ofrecer mayor estabilidad, lo que podría resultar en un avión de pasajeros mucho más eficiente en consumo de combustible. Sin embargo, antes de desarrollar un prototipo a tamaño real, el equipo debe realizar exhaustivas pruebas con modelos más pequeños para validar y ajustar su diseño.
En esta etapa, la NASA ha realizado pruebas en el Centro de Investigación Langley, utilizando un modelo del avión con una envergadura cercana a los dos metros. Estas pruebas se llevaron a cabo en el Túnel de Viento de Baja Velocidad de cuatro metros de ancho. Durante las mismas, los investigadores recopilaron datos clave sobre fuerzas aerodinámicas, como sustentación y resistencia, bajo diversas configuraciones y condiciones de vuelo.
Los resultados obtenidos están siendo analizados para identificar posibles ajustes en el diseño. Esto permitirá garantizar que el modelo esté optimizado antes de pasar a pruebas más complejas en túneles de viento de alta velocidad, la próxima fase del proyecto.
El programa SFD forma parte de los esfuerzos de la NASA para desarrollar tecnologías que permitan transitar hacia una aviación sostenible. Uno de sus objetivos es influir en el diseño de la próxima generación de aviones de pasillo único, que constituyen el segmento más utilizado en la aviación comercial mundial. En esta colaboración, Boeing y la NASA trabajan juntos para materializar el avión de demostración experimental, buscando no solo eficiencia en consumo de combustible, sino también reducir el impacto ambiental de la aviación.
Con avances como este, el X-66 se posiciona como un potencial pionero en la transformación de la industria aeronáutica hacia un futuro más limpio y eficiente.