
Ilustración artística de un agujero blanco
Un estudio sugiere que los agujeros negros no son el final, sino un nuevo comienzo
El estudio, publicado en la revista Physical Review Letters, se basa en las leyes de la mecánica cuántica, el marco teórico que describe el comportamiento del universo a nivel subatómico
Un equipo de físicos ha presentado una teoría que plantea una perspectiva radicalmente distinta sobre los agujeros negros. En lugar de considerarlos el punto final del espacio y el tiempo, los investigadores sugieren que podrían representar un nuevo comienzo, dando lugar a los llamados agujeros blancos.
El estudio, publicado en la revista Physical Review Letters, se basa en las leyes de la mecánica cuántica, el marco teórico que describe el comportamiento del universo a nivel subatómico. Según los autores, sus conclusiones evidencian los límites de nuestra comprensión actual sobre la física y la naturaleza del tiempo.
Los agujeros negros se han caracterizado históricamente por su capacidad de absorber todo a su alrededor, incluido el tiempo, hasta un punto de singularidad en el que la materia desaparece. Sin embargo, la nueva hipótesis propone que los agujeros blancos actuarían en sentido opuesto, expulsando materia, energía y tiempo de vuelta al universo.
Para desarrollar esta idea, los científicos han trabajado con un modelo teórico simplificado conocido como «agujero negro plano». A diferencia de los agujeros negros convencionales, que poseen una forma esférica, este tipo de estructura presenta un horizonte de eventos bidimensional y plano. Los investigadores creen que los mecanismos descritos en su estudio podrían aplicarse también a los agujeros negros más comunes.
«Durante mucho tiempo se ha cuestionado si la mecánica cuántica puede cambiar nuestra comprensión de los agujeros negros y proporcionarnos información sobre su verdadera naturaleza», señala el Dr. Steffen Gielen, de la Facultad de Ciencias Matemáticas y Físicas de la Universidad de Sheffield, quien ha trabajado en el estudio junto a Lucía Menéndez-Pidal, de la Universidad Complutense de Madrid.
En el marco de la mecánica cuántica, el tiempo no puede extinguirse, pues los sistemas están en un cambio constante. Los resultados del estudio muestran cómo, aplicando esta perspectiva, la singularidad del agujero negro se transforma en una región de intensas fluctuaciones cuánticas en la que el tiempo y el espacio no llegan a un punto final.
¿Una nueva fase del tiempo?
Lejos de representar un colapso absoluto, los investigadores sostienen que el espacio y el tiempo evolucionarían hacia una nueva fase denominada «agujero blanco». Este concepto, teorizado desde hace tiempo en la física, describe una región del espacio que funcionaría de manera inversa a un agujero negro, lo que llevaría a pensar que podría marcar el comienzo del tiempo.
La energía oscura, considerada el motor de la expansión acelerada del universo, se convierte en un punto de referencia en esta nueva teoría, en la que la energía y el tiempo se entrelazan como conceptos medibles entre sí.
El planteamiento de que la singularidad de un agujero negro podría ser en realidad un punto de inicio conduce a una posibilidad aún más intrigante: la existencia de algo al otro lado de un agujero blanco.
«Hipotéticamente, un observador -una entidad hipotética- podría atravesar el agujero negro, a través de lo que consideramos una singularidad, y emerger al otro lado del agujero blanco. Es una noción muy abstracta de observador, pero en teoría podría ocurrir», añadió el Dr. Gielen.