Netflix
Los secretos del éxito de 'El juego del calamar'
La serie surcoreana se ha convertido en el estreno más visto de la historia de Netflix
Con sus 111 millones de visionados en todo el mundo en apenas 17 días –Netflix contabiliza como visionado cada cuenta que ha visto una de sus series, películas o documentales durante un mínimo de dos minutos–, El juego del calamar ya es el estreno más visto en la historia de Netflix.
El fenómeno mundial en el que se ha convertido la serie surcoreana es toda una sorpresa. Incluso para los ejecutivos de la plataforma. «No lo vimos venir en términos de popularidad global», admite Ted Sarandos, director de Contenido de Netflix. ¿Cómo ha podido llegar El juego del calamar hasta ese éxito global? Aquí van algunas pistas...
La fuerza del planteamiento
Con tanta oferta de series y películas en las distintas plataformas, el primer triunfo de una producción es atraer al usuario. Conseguir que elija su contenido. Y una vez que entra, lograr que no lo abandone hasta el final. Por eso es tan importante el primer episodio de una serie y, en concreto, la premisa de la que parte. En el caso de El juego del calamar, el concurso de supervivencia en el que participan 456 personas con un único objetivo: ganar un premio millonario con el que superar sus graves problemas económicos. Más allá de que el desarrollo de la trama guste más o menos, el punto de partida tiene suficiente fuerza por sí mismo como captar la atención de los espectadores.
La universalización de lo local
El juego del calamar es el último ejemplo de éxito de la universalización de lo local. Los juegos infantiles –ojo, que la serie es violenta y no es para niños, ni mucho menos– que aquí se convierten en desafíos de supervivencia son juegos populares de Corea del Sur. El propio creador de la serie, Hwang Dong-hyuk, reconoce que esos juegos le acompañaron en su infancia. El juego del calamar no ha necesitado, por ejemplo, que sus actores fueran conocidos internacionalmente para triunfar en todo el mundo. Ni estar rodada en inglés. Tampoco lo necesitaron otras de las series más vistas de Netflix como la francesa Lupin o la española La casa de papel, que también se convirtieron en fenómenos globales. Al éxito universal se puede llegar perfectamente desde lo local.
El trasfondo económico
Si los juegos populares que toma la serie para desarrollar su macabra historia son locales, los problemas económicos de los participantes son universales. De ahí que los seguidores de El juego del calamar puedan empatizar con los personajes con mayor facilidad que otras producciones.
Los referentes
Los cómics manga de supervivencia y la película japonesa –también libro y después cómic– Battle Royale sirvieron de inspiración a Hwang Dong-hyuk, el creador de El juego del calamar, que también guarda similitudes con otro éxito: Los juegos del hambre, la saga de películas basadas en las novelas de Suzanne Collins y protagonizadas por Jennifer Lawrence. El primer libro de la saga, Los juegos del hambre, se publicó en 2008, el mismo año en el que Hwang Dong-hyuk ideó El juego del calamar.
El camino hasta el éxito ha durado 13 años. En ese tiempo el proyecto de Dong-hyuk fue rechazado en varias ocasiones porque, además de considerarlo grotesco, ofrecía una visión poco realista. En una entrevista en el medio Korean Times, el creador de El juego del calamar considera que «el mundo ha cambiado a un lugar en el que estas historias de supervivencia son bienvenidas». Y, a la vista de los resultados, tanto que lo son.