'Masterchef'
El gélido adiós al caribeño de 'MasterChef'
El waterpolista y modelo cubano Giraldo es expulsado del programa tras ser abroncado por Jordi Cruz y criticado por sus propios compañeros
El adiós a la cubana de Giraldo fue el menos sentido que se recuerda en MasterChef. No solo es que no fuese llorado, que nadie derramase una lagrimita por él, es que se fue abroncado por Jordi Cruz, lo que es habitual, pero también –y esto si que no es nada común– por sus compañeros, que le reprocharon a la cara su falta de humildad.
El waterpolista y modelo caribeño es el segundo expulsado de una edición que ya ha tenido su primer momento álgido, o, por ser más precisos, su mejor peor momento: fue gentileza del bombero Luismi, que era precisamente el máximo candidato a tomar la puerta de salida hasta que Verónica lo indultó y prolongó su estancia en el programa al menos una semana más.
De aperitivo, tres confinados
El coronavirus mermó el primer reto de la noche: Adrián, Julia y Claudia, positivos, se la saltaron obligados. El resto de los aspirantes tuvieron que elaborar un plato –dulce o salado, según la fortuna que les correspondió– con la panceta como protagonista principal. Dispusieron de 75 minutos. El jurado y los ganadores de la anterior edición celebrity (Miki Nadal y Juanma Castaño) cataron los platos.
El solomillo pancetero de Patricia cubrió el expediente. Paula presentó una propuesta «reguleras», según el jurado. El tartar de solomillo de cerdo y panceta de Eva se podía comer pero no disfrutar, según Jordi Cruz. Teresa cocinó una tortilla estupenda. El ravioli de Verónica resultó fallido, y las malas críticas le generaron lágrimas de frustración.
Pero lo peor estaba por llegar: lo presentó Luismi, se llamó «Hasta los andares» y es ya, por méritos propios, uno de los peores platos de la historia del programa.
«Flipante» fue la propuesta de postre que hizo Yannick. Con su crema de quesos y panceta, Iván se hizo un lío: la presentó con molde y, cuando lo quitó, le dio la vuelta y acabó esparciendo su contenido por todo el plato. El arroz con leche de Giraldo fracasó, como el de Jokin, al que le faltaba cocción. La deconstrucción de pastel de limón de David resultó ser un buen trabajo. María Lo bordó su «Bizcochito marrano»: «Es una delicia», elogió Jordi Cruz, y asintió el resto. Fue elegida como la mejor, seguida de Yannick. Los peores, Luismi y Jokin, con Iván y Giraldo a poca distancia.
Batacazo rojo en Portugal
Los dos peores del primero reto capitanearon los equipos en la prueba de exteriores, que tuvo como marco el Algarve portugués. En concreto, los aprendices visitaron el Tivoli Carvoeiro Algarve Resort, en el acantilado de Vale Covo, donde tuvieron que dar de comer a cien habitantes del Algarve. El menú fue diseñado por el chef Henrique Sá Pessoa, distinguido con dos estrellas Michelin.
El equipo rojo lo formaron Luismi (capitán), Teresa, Patricia, Eva, Iván y Giraldo. Tuvieron que elaborar el primero (carabinero açorda y algas), que pasó el corte aunque se quedó corto de verde, y un postre (textura de naranja) que resultó ser un absoluto desastre. Al capitán le entraron ganas de vomitar por los nervios y «se escondió», denunció Pepe Rodríguez. Dio un paso al frente Teresa y relevó a Luismi, por lo que fue elogiada, pero ya era demasiado tarde. Su derrota estaba más que cantada, y los jueces la confirmaron. Antes de ello hubo lío entre Giraldo y Patricia.
El equipo azul lo integraron Jokin (capitán), Yannick, Adrián, Paula, David, Verónica, María Lo y la recuperada Claudia. Cocinaron el entrante (tataki de atún dashi y escabeche) y el segundo (solomillo de cerdo, patata fondant y jugo de almejas). Jokin se enmendó y recibió la enhorabuena del chef catalán. El resto del equipo estuvo a su altura, especialmente Verónica, elegida como la mejor del equipo.
Adrián y Julia no participaron, pero corrieron la suerte del equipo azul y el rojo, respectivamente.
Prueba final
Tres ganadores pisaron el plató para la prueba final: Vicky Pulgarín, Aleix Puig y Arnau París, triunfadores de la segunda, la séptima y la novena edición, respectivamente. Los delantales negros contaron con 90 minutos para cocinar platos que presentaron los invitados: pistacho, rosas y crema intensa de limón (Vicky), burguer trufada, alitas a 90 grados y patatas (Aleix) y sardina romesco (Arnau).
De entrada, eran siete los que se enfrentaban a la expulsión: Luismi, Teresa, Patricia, Eva, Iván, Giraldo y Julia. A Verónica, la mejor en el cocinado de exteriores, le concedieron un privilegio: librar a dos de sus compañeros del adiós. Concedió el indulto a Luismi («porque es el más flojo») y Patricia («me apetece que esté una semana más en la casa»).
Teresa, la mejor del equipo perdedor en el reto de exteriores, tuvo el privilegio de repartir los platos. Ella se quedó con el de Arnau. A Eva y Giraldo le endosó el postre de Vicky, a priori la propuesta más complicada. A Iván y Julia les adjudicó la hamburguesa.
Teresa no cometió errores de bulto pero tampoco entusiasmó.
Julia no estuvo fina y puso una excusa que no coló: «No como carne». Mucha carne come Iván, al que las alitas le quedaron estupendas y la hamburguesa, rotunda.
El postre de Eva fue fruto del descontrol. «El bizcocho está seco, le falta color al macaron, el almíbar está claro... La proporción de las cosas está desequilibrada», lamentó Jordi.
A Giraldo también le correspondió el postre de Vicky. Sobrado, no leyó la receta y se hizo un lío desde el principio: «Rosas peligrosas», bautizó su postre. «Cualquier niño que vea ‘MasterChef’ sabe hacer una crema. Una salsa inglesa, mezclar las yemas con el azúcar, ¿sabes?», empezó a explicar Jordi. Giraldo, modelo y waterpolista, lo escuchaba con una enorme sonrisa. Eso no gustó al chef catalán. «Reírte, según el momento en que lo hagas, será risa o será cachondeo. A mí, reírse en una prueba de eliminación de MasterChef me suena a cachondeo. No te lo estás tomando el serio».
Él replicó que sí se lo tomaba en serio, pero entonces ocurrió algo que pocas veces hemos visto en MasterChef. Cuando Jordi preguntó si lo estaban entendiendo, sus compañeros se sumaron a las críticas. «Te falta mucha humildad». «No admites una crítica». «Autocrítica no tienes». Estas frases se las dijeron tres de sus compañeros desde la galería. «Hay que creer en uno mismo, y a la vez ser humilde», le aconsejó el chef catalán.
Teresa –estaba cantado– fue elegida como la mejor de la prueba. Julia e Iván fueron los siguientes en subir a la galería. Así que el asunto quedó entre Giraldo y Eva. Señalaron la puerta de salida al waterpolista y modelo, al que ningún compañero lloró. «En Cuba hay muchas personas que quisieran estar en ‘MasterChef’», se consoló. Cierto. Y hay muchas más a las que les gustaría comer tres veces al día.