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MasterChef

Nunca 'MasterChef' tuvo un final más dulce

La gala, que empezó de la peor manera posible con el plato más malo de la historia, ofreció una guinda sorprendente: «Esto es mejor que el botox», proclamó la indultada Claudia

Igual que ocurre en los partidos más vibrantes del Real Madrid, en MasterChef lo importante no es cómo empieza el asunto sino cómo acaba. El inicio fue insuperable en su ridículo, pues vimos cocinar –es un decir– el peor plato de la historia del programa. En evidente contraste, el final fue lo más dulce nunca visto.

Para abrir boca, un gato

En la primera prueba de la noche, los concursantes fueron recibidos por veinte campanas. Bajo ellas, los diez peores platos de los diez años del programa, y también los diez mejores.

Silvia Abril, ex concursante celebrity, fue la encargada de repartirlos entre los aspirantes. Al bombero madrileño Luismi se correspondió mejorar el mítico «León come gamba». Lo empeoró.

No solo Luismi hizo el ridículo en esta primera prueba, que se saltaron Verónica e Iván, con coronavirus. A juicio de los chefs, Claudia, Patricia y Adrián tampoco fueron capaces de mejorar cuatro de los peores platos de la historia del programa.

En el otro extremo, dos aspirantes. María Lo firmó un guiso marinero extraordinario, pero fue superada por David, que bordó un postre ideado en su día por el estilista Josie. «Yo no sé si en mi vida he sido el mejor en algo alguna vez», afirmó emocionado este hombre que tuvo serios problemas con las drogas.

Exteriores en la nieve

Patricia, que fue una de la que hizo el ridículo en el reto inicial, se enmendó de sobra en la prueba de exteriores, donde los equipos se enfrentaron en Baqueira Beret al primer cocinado esquimal de la historia de MasterChef.

Fue la capitana y la mejor del equipo azul, formado por otras cuatro mujeres (Eva, María Lo, Julia y Teresa), David y el aún ausente Iván. Cocinaron sopa de pescados de Alaska (entrante), reno a la brasa con moras y patatas al romero (primer plato) y helado de frambuesa con nieve de chocolate blanco (postre).

Al rojo le correspondió elaborar hígado de pescado encebollado con morcilla, manzana glaseada y piñones (entrante), salmón con berenjenas escalivadas y miso (primer plato) e iglús de panacota con escarcha de arándonos (postre). Jokin, Adrián, Yannick, Claudia y Luismi fueron pésimamente dirigidos por la benjamina Paula. La misma (mala) suerte que ellos corrió Verónica. El salmón se les cayó a la nieve y la morcilla se carbonizó, entre otros desastres culinarios. Solo se salvó de la quema Adrián, que dio el callo en todo momento.

Final feliz

En la prueba final, el pastelero David Pallás presentó unas elaboraciones de chocolate que se comían con los ojos de lo bonitas que eran.

Los aspirantes se fueron eliminando entre ellos en la que fue la primera «batalla» de esta edición. Compitieron de entrada Jokin, Yannick, Claudia, Luismi, Paula y Verónica. A Adrián, el mejor del equipo en la prueba anterior, se le dio la oportunidad de salvarse él o enviar a la galería a un compañero, y eligió lo primero.

Tenían que elaborar una esfera de hilos con chocolate negro. Se salvaron la reaparecida Verónica y Luismi, que se resarció así de su ridículo «Gato acostado del 2 de mayo».

El siguiente reto de Jokin, Paula, Yannick y Claudia fue elaborar una esfera agujereada de chocolate blanco en 30 minutos. Lo superaron los dos primeros.

Así que el mano a mano definitivo lo protagonizaron Yannick y Claudia. Tuvieron que crear una esfera de chocolate blanco con leche rellena de tiramisú. Los dos hicieron sendos postres espectaculares. No merecían marcharse ninguno de los dos. Y así fue. Los jueces decidieron que se quedasen ambos.

Para compensar, ya echarán a un par de concursantes juntos en una semana venidera. Pero no estropeemos el momento feliz pensando en el futuro. Yannick y Claudia, que además se han hecho íntimos en apenas tres semanas, lloraron y dieron botes al unísono. Ella, que está muy operada a sus 28, sentenció: «Es mejor que ponerse botox».