El Hormiguero
La estrella mundial que unió el destino de los padres de Los Morancos
Los hermanos Cadaval vuelven a protagonizar el programa de Motos
Acudieron a El Hormiguero para promocionar Todo por la matria, un espectáculo que ya superado los 100.000 espectadores y que entre el 7 de octubre y el 27 de noviembre se podrá ver en Barcelona los viernes, sábados y domingos.
Como siempre que acuden al programa de Motos, ellos llevaron la voz cantante y el presentador dejó hacer. Contaron anécdotas varias y variadas. Personales, familiares, escatológicas. Opinaron de lo que les apeteció, hasta de política, con críticas a Vladimir Putin y un juicio de Jorge a Santiago Abascal («no me cae bien»).
Como la de aquella vez que fueron pregoneros del Carnaval de Cádiz, cuando eran «jovencitos». En la primera carroza, para que disfrutaran del espectáculo, situaron a sus hermanos Juan y Carlos. «Nosotros dos íbamos al final, en un coche de caballos muy chico, de marineritos», recordaron. Apenas les hicieron caso. «Le estamos cayendo fatal a la gente de Cádiz», pensaban ellos. La realidad es que pensaban que Los Morancos ya habían pasado, pues los confundieron con sus hermanos.
Esa familia tiene un curioso origen. «Mi padre y mi madre se conocieron en el Teatro Romea de Barcelona», empezó contando Jorge Cadaval. Su padre formaba parte de la compañía de Antonio Machín. Su madre trabajaba en el local de espectáculos. Al principio ella se resistía. Decía:
«Yo con un andaluz fulero no me voy a casar». Vaya si se casó. Estuvieron juntos 60 años en Sevilla y no se quiso mover de la ciudad de la Giralda.
Uno y otro siguen juntos en el más allá, pues los hermanos han decidido unir sus cenizas. Contó Jorge que su madre no quería incinerarse, y que pedía ser enterrada con una linterna: «Por si me despierto». Hace unos años sacó del cementerio los restos de su padre y de su madre para llevarlos a otro punto. Aprovechó para darles un último paseo por Triana. Por cierto, a su padre lo enterraron con unos vaqueros Levi Strauss que, cuando fue desenterrado «no estaban». Jorge no acabó la historia porque a César no le gusta hablar de muertos, así que se arrancó con una canción para cortar el relato y los espectadores no sabemos cuál fue el destino de esos restos mortales.
El próximo destino de Jorge y César sí se sabe: Barcelona, allá donde una estrella mundial unió el destino de sus padres.