«Si se vuelve, eso es que le intereso. Vamos, dame una miradita… Solamente un vistazo. Dame esa miradita orgullosa y sigue tu camino», musita Frank Horrigan, el veterano guardaespaldas que encarna Clint Eastwood en la película En la línea de fuego. La frase se la dirige, desde la distancia, mientras saborea su helado sentado en la escalinata del Monumento a Lincoln, al personaje de Rene Russo. Ese momento es uno de los pocos respiros que le da John Malkovich en la piel de un psicópata que pretende matar al presidente de Estados Unidos. ¿Se gira Rene Russo? Lo mejor es comprobarlo al (volver a) ver este filme inteligentemente dirigido por Wolfgang Petersen (El submarino), recientemente fallecido.