Martin McDonagh, realizador de Tres anuncios en las afueras, no ha tenido suerte en la reciente edición de los Oscar. Optaba al premio a la mejor dirección, a la mejor película y al mejor guion original por Almas en pena de Inisherin, pero ni ganó él, ni la película, ni Colin Farrell como mejor actor, ni los dos candidatos al Oscar al mejor actor de reparto (Brendan Gleeson y Barry Keoghan) ni la nominada como mejor actriz de reparto (Kerry Condon), ni la música ni el montaje. Pero, visto de otro modo, las nueve nominaciones a los Oscar de la difícilmente clasificable Almas en pena de Inisherin, aunque ninguna se convirtiera en estatuilla, representan un premio. Uno mayor, incluso, que los inexplicables siete Oscar de Todo a la vez en todas partes.