Irene Junquera, de 'El Chiringuito' a novelista: «Hay que saber valorar el tiempo que nos queda»

Irene Junquera, periodista especializada en deportes, se estrena en el ámbito literario con su primera novela, Todo el tiempo que nos queda, una obra conmovedora y apasionante con la que el lector viajará a la España de mitad del siglo XX y donde su protagonista, Elena, lucha por la libertad y por conseguir sus sueños.

–¿Qué le inspiró a escribir Todo el tiempo que nos queda?

–El germen de la novela es la historia de mi madre. Ella se fue a Madrid con una tía mía lejos de sus padres y con 9 años –en el caso de Elena, la protagonista, con 12– porque sus padres no podían mantenerla y querían darle una vida mejor para ella. Eso fue lo que quería contar. Sin embargo, a partir de ahí, todo lo demás es ficción.

–¿Por qué la tituló así?

–Me gustaba Todo el tiempo del mundo porque para mí es una frase muy bonita. Que alguien venga y te diga 'tenemos todo el tiempo del mundo y vamos a emplearlo en hacer lo que nos apetece'... Ese es el mensaje que quiero lanzar: que nunca es tarde y que no sabemos el tiempo que nos queda, aunque seas joven. Hay que saber valorar el tiempo que nos queda para hacer todo lo que queremos.

–El libro habla de los desafíos y dificultades de ser mujer a finales del siglo XX. ¿Ha sido difícil escribir esta historia?

–Me he tenido que informar mucho sobre cómo era esa época. El contexto histórico sí te lo puede dar la lectura, pero también es importante saber cómo vestían, cómo hablaban, qué comían y en eso sí que me ha ayudado más mi madre. Al final, ellas tenían una serie de cosas que les dificultaban y nosotras tenemos otras.

–En la novela se abordan temas controvertidos como el machismo o el racismo.

–Cuando escribo la novela lo leo totalmente desde fuera, es como si la hubiese escrito otra persona. Yo me he limitado a contar lo que pasaba y en la obra no se habla explícitamente de maltrato psicológico o de racismo y clasismo, pero se intuye. Antes, por desgracia, era lo habitual y no se daban cuenta de que estaban viviendo en una relación así. Por ejemplo, Elena cuando conoce a Mateo, que es negro, ni siquiera se da cuenta, sí es diferente a lo que ella ha visto normalmente, pero en ningún momento se le pasa por la cabeza que sea malo.

–Hablando de Elena, ¿ha sido fácil alumbrar los personajes?

–Crear los personajes parte de que tú sepas qué quieres contar y a quién quieres para contarlo y todos ellos son una mezcla de la gente que conozco. Hay veces que me preguntan si hay algo autobiográfico en la novela, pero es que es inevitable. Quería que hubiese un gran amor, un marido, una tía un poco más mala, pero con muchos matices, una mujer buena que le ayudara… En realidad, lo tienes claro en la cabeza y, a partir de ahí, vas construyendo la historia.

–Alguna experiencia personal compartirá con los personajes, ¿no?

–Si me dicen de escribir esta novela con 20 años, hubiese sido mucho más difícil porque hablo del primer amor, de estar en una relación donde no te sientes feliz o hablar de una enfermedad de un ser querido. Cuando tienes cierta edad es muy probable que las hayas vivido. En mi caso, así se ha dado, entonces es más fácil hablar de esos temas cuando has pasado por ellos.

–A pesar de ser la creadora de todos ellos, ¿ha aprendido algo de los personajes?

–Sí, por ejemplo, de Elena he aprendido que, a pesar de las circunstancias por las que ella pasa, hay que saber sobreponerse y luchar para no perder de vista lo que quieres hacer.

–Usted es periodista y ha trabajado en diversos medios de comunicación en el ámbito del periodismo deportivo. ¿Cómo ha sido el camino hacia la literatura?

–Son ámbitos diferentes. Cuando eres periodista te gusta comunicar y lo haces, pero no tiene nada que ver escribir una crónica o transcribir una entrevista a escribir una novela y mostrar, mediante tus palabras, lo que está sucediendo.

–Ya que es periodista, ¿qué consejos daría a los estudiantes de Periodismo que están empezando?

–Que, en cuanto puedan, se ponga a trabajar o a hacer prácticas y que no se obsesionen por acabar la carrera, aunque la deben acabar. Y que tengan muy claro que van a trabajar mucho y sin horarios. Esto no es un funcionariado, pero merece la pena, y si quieres trabajar, seguramente lo conseguirás.

–¿Piensa ya en próximas historias que contar?

–Ahora lo que más me apetece es que a la gente le guste la novela, lo que significa vender y que la editorial me quiera volver a publicar. Estoy deseando que vaya muy bien porque ya estoy empezando a escribir. A otros niveles sigo en la radio, en la televisión y todo lo que venga, bienvenido será.