El adiós de 'Sálvame' se convierte en un hasta luego: resucitará en Netflix

Entre risas y lágrimas se marchó, para siempre (al menos en el formato en que lo hemos conocido), Sálvame. Lo hizo con el hashtag #”HashtagLuegoMariCarmen, en homenaje a la frase que viralizó años ha Belén Esteban («Hasta luego, Mari Carmen»). Mari Carmen era una cámara del programa que se ausentó en una despedida que reunió a gran parte de los rostros que han llenado miles de horas de programación en los últimos catorce años, que son los que ha durado este invento. Como punto final ardió, en los exteriores de la cadena de Fuencarral, una hoguera con objetos simbólicos del programa. Para encenderla eligieron a Ángel Rebollo, el que hizo arder el pebetero del estadio olímpico en Barcelona 92.

Hubo código de vestimenta, y todo el que pisó el plató lo hizo vestido de blanco de arriba a abajo. En la India es el color del luto, así que quedó muy propio para este Bollywood del corazón que es Sálvame.

La última función fue dirigida por María Patiño, Terelu Campos y Adela González en ausencia del «dueño del cortijo», ese que se incorporó al programa un 27 de abril de 2009 y que lo llevó a sus más altas cotas (también a las más bajas, sí). «Viva Jorge Javier Vázquez», chilló, a lágrima viva, María Patiño, tras la emisión de un vídeo en el que se rendía tributo a Jorge Javier (JJ). Después hablaron otros colaboradores y del barcelonés se escucharon elogios como estos: «Hay que reivindicar la figura de Jorge Javier como la gran figura que es», «me ha dejado huérfana» o «el tipo más inteligente que ha pasado por la tele». «Para mí, la mejor presentadora de 'Sálvame' ha sido Paz Padilla», espetó Kiko Hernández, y guardó seriedad durante unos segundos antes de estallar en una carcajada. Tampoco estuvo en el plató Carlota Corredera, presentadora sustituta desde 2014 hasta el pasado año, a la que también se dedicó un pequeño apartado laudatorio.

Se acordaron también de su público, y vimos un vídeo que recopiló la visita de Belén Esteban a una residencia de ancianos: «No sé qué vamos a hacer. Nosotros veíamos todos los programas porque nos entreteníais mucho, sobre todo cuando discutís», le/s regalaron el oído. También contactaron con espectadores que siguen el programa desde Noruega, Australia, Guinea Ecuatorial y Estados Unidos. Esta última sección permitió escuchar la frase del día, firmada por María Patiño: «Mi sitio favorito del mundo es Australia, pero no la conozco».

Ese figurado nido de víboras que es (era) Sálvame no pudo irse sin echar veneno. A una hoguera situada en el exterior del plató echaron dossieres varios con los secretos del programa, entre ellos uno que reúne «las cartas de amor entre una famosa periodista y una famosa cantante», y no hizo falta decir nada más para saber de quiénes estaban hablando. Es el clásico «no te digo nada pero te lo digo todo» de Sálvame. Se hizo un recopilatorio de nombres que en el ayer fueron protagonistas del espacio –como colaboradores o como objeto de los comentarios del programa– que en el hoy no quieren saber nada del programa: Rosa Benito, María Jesús Ruiz, Olvido Hormigos, Raquel Bollo, Isabel Gemio, Ángel Garó y Belén Ro. De la primera se repitió su intervención más recordada: «No voy a decir tu nombre pero te voy a dar las gracias, Mónica». Un redactor los llamó a todos por teléfono para invitarlos a participar en la última función y recibieron un «no» o un teléfono colgado por respuesta. Ángel Garó fue el más contundente: «Para mí sois miserables. Si coméis de esa miseria, nada más que vais a tener misera». Sorprendió la amabilidad de María José Campanario, mujer del ex de Belén Esteban, Jesulín: «Lo siento mucho por la gente que se ve a quedar sin trabajo».

El futuro es América

Muere Sálvame tras 3.369 programas. Pero la pregunta al principio del programa era: ¿resucitará? El último baile empezó con todo el elenco cantando I Will Survive (Sobreviviré), el clásico de de Gloria Gaynor. «Estoy convencidísimo de que aquí no acaba todo», afirmó Kiko Hernandez. Y sonó a gloria para sus seguidores. Y a amenaza para sus detractores.

Para el que sonó a amenaza, tardó poco en hacerse real. Y para el que es seguidor, también. Pasadas las ocho, en el último tramo del programa, se confirmaron los rumores de los últimos días. «Nos vamos, los que ven aquí, a Netflix», gritó Belén Esteban. «Nos vamos a América», reafirmó otra voz. El País acababa de publicar que Sálvame volverá, en forma de reality, en Netflix: las aventuras y desventuras de ocho de sus colaboradores (Belén Esteban, Terelu Campos, Kiko Matamoros, Lydia Lozano, Chelo García Cortés, Víctor Sandoval, Kiko Hernández y María Patiño) buscando trabajo en América serán el eje de ese nuevo espacio. En ese momento se entendió mejor el hashtag. No era un adiós, era un «hasta luego», un «hasta luego, España».