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Pierfrancesco-Favino

Fotograma de 'Adagio', de Sergio Sollima

Festival de Venecia

Polanski, Sollima y Bradley Cooper o cómo lograr la conjunción de valores perfecta

La cuarta jornada presenta dos caballos de raza cruzando la meta de los premios finales, mientras Polanski se queda fuera de concurso

Conjunción de extraordinarios valores en la cuarta jornada del 80º Festival de Venecia con dos caballos de raza cruzando la meta de los premios finales, Maestro de Bradley Cooper y Adagio del italiano Sergio Sollima, y un nonagenario excepcional como Roman Polanski que nos deleita con una deliciosa comedia, plena de hallazgos y de humor, The Palace, que hubiera merecido estar en concurso.

Maestro es una conmemoración de la vida y el genio de uno de los más grandes directores del siglo pasado, Leonard Bernstein, pero más que nada es una prodigiosa obra de arte que marca el punto más alto al que pueda aspirar una biografía cinematográfica.

Adagio es un policial a la Jean-Pierre Melville, donde se habla de una lucha del bien contra el mal, con los papeles cambiados, con viejos delincuentes que respetan el código de honor contra policías corruptos que se prestan a una conspiración política para desembarazarse de un ministro incómodo.

Bradley Cooper Carey Mulligan

Bradley Cooper y Carey Mulligan en ´Maestro´

The Palace es un desfile de personajes desmesurados durante la fiesta del fin de siglo controlados heroica y sabiamente por un director y todo su personal, quienes logran convertir ese caos de ambiciones y egomanías de los clientes en una pacífica y tradicional reunión familiar.

Maestro se merece desde ya esa definición de obra maestra que en general llega con los años, gracias a un guion original del director y Josh Singer que retrata la relación de amor y desencuentros entre Bernstein y su compañera de vida Felicia, capaz de convivir con un genio irregular y egocéntrico, aceptando sus continuas escapadas homosexuales.

Cooper, que además de crear visualmente una compleja estructura directorial, interpreta al Maestro con falsa nariz y voz enronquecida por el sempiterno cigarrillo, deja amplio margen de lucimiento a Carey Mulligan con largos primeros planos en los que esta extraordinaria actriz revela los más recónditos pliegues anímicos de su personaje, trabándose con él en un duelo interpretativo de elevadísima calidad.

Como toda obra maestra, el filme se confía al espectador para que este descubra la personalidad de los personajes a través de sutiles miradas, silencios, ademanes y, si tiene suficiente conocimiento de la obra y carrera del protagonista, deduzca el paso del tiempo a través de la música compuesta y dirigida por Bernstein.

Maestro era un proyecto original de Steven Spielberg, que lo abandonó para dirigir el autobiográfico The Fabelmans, cediéndoselo a Cooper que durante toda su vida fue un gran admirador de Bernstein y era apasionado del proyecto.

Sollima es hijo de arte, hijo de ese Sergio, autor de westerns, policiales y manómetros históricos, muy admirados por Quentin Tarantino, y en 57 años de vida y 32 de carrera ha sabido rejuvenecer el policial con títulos como Romanzo crimínale, A.C.A.B. , Suburra y la serie de Gomorra, que fue la que lo dio a conocer internacionalmente en 2014, consagrándolo como un verdadero maestro del género.

Adagio es un policial crepuscular en el que tres ancianos delincuentes, uno ciego, otro desmemoriado y un tercero con cáncer terminal –encarnados por los tres más grandes actores italianos del momento, Valerio Mastandrea, Toni Servillo y Pierfrancesco Favino– que prefieren pagar con su vida el respeto del código de honor de la mala vida, protegiendo al hijo de uno de ellos de policías corruptos al servicio de ocultas maniobras políticas.

Estamos en una Roma, lejana de la óptica turística, en una noche calurosa de verano rodeada por incendios que provocan apagones en repetición.

Fotograma de ´The Palace´

Fotograma de ´The Palace´

Un adolescente cae en una trampa de los servicios policiales desviados y pide ayuda a los amigos de su padre para salvarse, desencadenando una persecución que no deja respiro al espectador en los 127 minutos que dura la película.

A sus noventa años bien cumplidos el 18 de agosto pasado, Polanski interrumpe un silencio creativo de cuatro años desde su última obra maestra, J’accuse, para concederse un divertimento, un pasatiempo, donde imperan la sutileza, el buen gusto y la ironía, contemplando las miserias humanas que un eficiente director de un hotel de lujo trata de componer para bienestar de todos.

Ayudado en el guion por su viejo amigo y compatriota Jerzy Skolimowski, otro octogenario de creatividad resucitada, y Ewa Piaskowska, Polanski nos da una lección de perenne juventud que dio como resultado un momento de solaz en medio de tanto drama en concurso y fuera de él.

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