Olga Lambea, Raquel Martínez y las estrellas de la televisión que TVE no luce como debería

Siempre he llevado mal la contradicción: en verano, cuando normalmente disponemos de más tiempo y tranquilidad para verla, la televisión coge y se va de vacaciones. Ya es mala suerte que no coincidamos nunca de veraneo, la verdad. Hablo –escribo–, por supuesto, de la televisión tradicional porque la otra, la moderna, la que necesita de una suscripción a una plataforma y se puede ver en el móvil o la tableta electrónica, quizá esté siempre de vacaciones y no solo en agosto. A fin de cuentas (compartidas), no sé si las plataformas son televisión como tal: uno no necesita televisor; salvo excepciones, apenas tienen programas –llámenme viejuno, pero se me hará raro ver Operación Triunfo en Amazon Prime Video–, y los espectadores en realidad son clientes o suscriptores.

El caso es que la televisión tradicional, esa que en teoría informa, forma y entretiene –cada vez peor, cada vez menos–, vuelve este lunes después de sus vacaciones. Ojo, con doble sesión de entretenimiento, todo un acontecimiento en estos tiempos: la final de El Grand Prix del Verano en La 1 y el estreno de la 18ª temporada de El Hormiguero. Ya puede llegar la semana que viene Jorge Javier a Telecinco con sus Cuentos chinos para intentar competir con Pablo Motos, que no va a poder con él, ni con su equipo ni con el buen rollo que transmite El Hormiguero. Tanto que este lunes pienso ver el programa aunque la invitada sea Isabel Pantoja. Hasta eso consigue El Hormiguero.

Ahora que van a ir volviendo las llamadas estrellas de la tele –lo que son Pablo Motos y Ramón García, de los ya citados, y lo que son también Vicente Vallés, Ana Rosa, Iker Jiménez, Jaime Cantizano, Sonsoles Ónega y tantos otros–, quiero detenerme en las estrellas que no reciben el reconocimiento que merecen. Especialmente, en las de TVE, que año tras año ven cómo en su casa, que en teoría es la de todos, las cosas no cambian y, pese a ello, su profesionalidad no varía. Al revés, no para de crecer.

Esas estrellas que no pueden brillar como merecen y que ven cómo RTVE prefiere contratar personal de fuera antes que apostar por los excelentes profesionales que tiene dentro. No lo digo –escribo– por Jaime Cantizano, con capacidad más que de sobra para estar al frente de un programa como Mañaneros, y sí por Jordi González, que se ocupará de las tardes de La 1. Igual que antes con Julia Otero y sus Días de tele con José Miguel Contreras en su papel de agente doble (productor y colaborador) para un programa que se podría haber hecho perfectamente con los recursos de RTVE. O Javier Sardá y La gran confusión.

Esas otras estrellas de la televisión están también eclipsadas en los informativos de RTVE. Pasan los meses desde su despedida como presentadora del Canal 24 Horas y uno –y muchos–sigue –seguimos– echando de menos ver y no solo escuchar –en sus cuidadas piezas culturales– a Raquel Martínez. Y, como a ella, como a Pedro Carreño, con quien presentaba el Telediario del Fin de Semana de La 1 que era líder de audiencia en España y a quien ahora vemos de noche en el Canal 24 Horas, también uno echa en falta ver a Olga Lambea en La 1. Lo ha hecho muy bien siempre. En el Telediario 1. En el Telediario 2. En Informe Semanal. Siempre muy bien. Igual que en el Canal 24 Horas donde, como sus compañeros, cumple con creces con el más difícil todavía: presentar la actualidad con información continua al tiempo que entrevista a un invitado tras otro en el plató o a distancia.

La profesionalidad y naturalidad de Olga Lambea, como en el caso de Raquel Martínez, Pedro Carreño y otros presentadores del Canal 24 Horas, no varía ni con la audiencia, ni con el día (los del fin de semana) ni con el horario (los madrugones) pero, por alguna razón, lo que lamentablemente no cambia desde hace tiempo es el canal. Más allá de la carga ideológica de los actuales informativos de TVE, no tengo nada contra presentadores como Alejandra Herranz (Telediario 1) y Carlos Franganillo (Telediario 2), uno de los mejores corresponsales de la televisión, pero creo que Olga Lambea –una vez más, como Raquel Martínez, como Pedro Carreño– merece presentar el Telediario y no las noticias en el Canal 24 Horas un sábado y un domingo a las ocho de la mañana. A esas horas, en esos días y en ese canal, las estrellas no pueden brillar y ella(s), aun así, lo consigue(n).