‘El Hormiguero’
Lo que menos le gusta a Isabel Preysler de ella misma
«La última ruptura no ha dolido nada», dice sobre su separación de Vargas Llosa
Isabel Preysler acudió al territorio televisivo de su hija, El Hormiguero, para promocionar su documental en Disney+.
Se titula Isabel Preyler. Mi Navidad. Así que la primera pregunta estaba cantada. ¿Cuál es el menú navideño?: «Un poquito de todo. Es un menú un poco complicado. Está el pavo. Cuando lo hacemos en Madrid hace el pavo el padre de Fernando [Verdasco], que hace un pavo buenísimo. Después se sirve carne, para los que no toman pavo, un solomillo o algo. Y después Julio, por ejemplo, no toma carne ni pavo, entonces hay que hacer una pasta, y para los niños también. Y entonces hacemos una pasta. El pavo se hace con todo, con puré de patata, con puré de castaña, con la salsa de arándanos rojos…», detalló.
Aprovechó Motos para establecer un contraste entre esta cena navideña y la frugalidad de la comida del enlace matrimonial de su hija de Isabel con Íñigo Onieva: «La boda de Tamara era para muy entendidos». «Yo no estaba entre ellos», replicó el presentador. «Según Íñigo, yo tampoco», confesó la invitada. «Pero lo hicieron con todo el amor», añadió con amor de madre.
¿Cantan villancicos tras comerse el pavo?: «Tengo dos cantantes en la familia, pero no canta nadie. Un año, los hermanos, tomándole el pelo, hicieron cantar a Chábeli, pero Chábeli no canta bien».
Así son sus cinco hijos
Motos le pidió que hablase de sus cinco hijos. Chábeli: «Es un amor. Es como la madre de todos. La madre de su padre. Mi madre. Madre de todos sus hermanos. De sus hijos y de su marido. Cuida a todos». Ana: «Hace muchas cosas y todas las hace bien. Es una madre estupenda y una compañera ideal para Fernando». Julio: «Es el más independiente. Tiene mucho sentido del humor. Yo me río mucho con él, pero él se ríe de mí». Enrique: «Es un padrazo. No hay nada en el mundo más importante para él que sus tres hijos. Es un gran trabajador, como era su padre. Él es igual o más. Y es un perfeccionista. Súper perfeccionista». Y Tamara: «Lloramos de risa con Tamara todos. Es la más divertida de todos mis hijos. Es la que nos da alegría. Es la alegría de la casa». También recordó como era ésta de niña: «Los amigos de Miguel [Boyer] la llamaban Sarah Bernhardt» porque se paseaba por la casa «recitando madame Bovary».
Motos la invitó a quedarse en la tertulia que sigue a la entrevista, y aceptó. Sobre el papel de su hija en el debate de todos los jueves, fue clara: «Yo le he dicho que tiene que intervenir un poquito más». «Nuria, Juan y Cristina tienen mucha más experiencia, pero ella va con más cautela», añadió.
En el documental no habla de Mario Vargas Llosa, pero sí de Miguel Boyer. También lo hizo en El Hormiguero: «Miguel era una persona que la gente que no lo conocía lo encontraba una persona muy estricta, muy dura, muy seria. Pero en casa era todo lo contrario: cariñoso, con mucho sentido del humor y hasta divertido». Estuvieron 26 años juntos.
Después pasaron a hablar sobre la pareja, y sobre esta parte de la conversación ya empezó a sobrevolar su separación más reciente, con Vargas Llosa. Primero Motos le preguntó si había celos razonables: «No, yo creo que no hay celos razonables. Hay celos light. Hay celos menos light. Pero al final todos terminan siendo malos». Después se interesó por si, a estas alturas de su vida, las rupturas amorosas duelen menos. Fue contundente: «Sí, claro, duelen menos. Con los años todo duele menos. Hombre, la última [ruptura] no ha dolido nada», respondió entre risas, y el público aplaudió.
Ya puestos a hablar de parejas, definió a su hombre ideal: «Yo lo que más admiro es la inteligencia. Inmediatamente después viene el sentido del humor. Y después, la ternura». Ve «difícil» volver a enamorarse, y menos «perdidamente».
El momento más divertido sucedió cuando Motos puso el trailer del documental. La protagonista reaccionó con una confesión: «Me espanta escucharme. Parezco tontísima». «No, no, toda la familia tenéis este acento. Es una forma de hablar que arrastráis no sé si es una ese o qué es», medió Motos. «No sé qué es, pero es horrible... Yo escuchó a esa persona hablando y digo: 'Será imbécil'. Y no soy imbécil», se reafirmó la Preysler.