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Rita HayworthGTRES

'Historias de película'

La trágica vida de Rita Hayworth, la segunda actriz de origen español que triunfó en Hollywood

La vida de la protagonista de Gilda estuvo marcada por los abusos de su padre

En la historia del cine occidental hay algunas escenas icónicas que forman parte de nuestra propia cultura visual, como el «toca As Time Goes By, Sam» de Casablanca, la falda de Marilyn Monroe en La tentación vive arriba, o el «nadie es perfecto» con el que concluye Con faldas y a lo loco. En este selecto grupo de escenas inmortales habría que incluir un baile, una canción, un guante y una bofetada. Se trata de una película de 1946 que dirigió Charles Vidor. En ella, una bellísima actriz enfundada en un largo, ajustado y elegante vestido negro canta Put the Blame on Mame, lo que se podría traducir como 'Échale las culpas a Mame'. Durante la actuación, la cantante se despoja de su largo guante dejando al descubierto su brazo derecho, en una escena que resultaba especialmente sensual para los tiempos de la posguerra.

La actriz se llamaba Margarita Carmen Cansino, más conocida por su nombre artístico de Rita Hayworth; la película era, efectivamente, Gilda; y la canción, que había sido especialmente compuesta para esa cinta por Allan Roberts y Doris Fisher y doblada por Anita Kert Ellis, trata sobre una mujer llamada Mame a la que, como una Eva bíblica, se le atribuyen todo tipo de catástrofes e infortunios acontecidos en la historia de los Estados Unidos. En el contexto de la película en el que Gilda, el personaje que interpreta Rita, representa el prototipo de mujer fatal, Mame vendría a ser la propia Gilda advirtiendo a los presentes y especialmente al personaje que interpreta Glenn Ford que es una mujer que les hará profundamente desgraciados.

Rita Hayworth, en GildaGTRES

¿Fue Rita en la vida real como su más famoso personaje? ¿Quién era, en realidad esa mujer que llegó a ser una de las actrices más célebres de su tiempo? ¿Por qué era de origen español?

En ocasiones, los sobrenombres pueden resultar paradójicos y sangrantes. Fernando de Aragón, excelente Rey, pero como buen monarca renacentista, despiadado y sin muchos escrúpulos, recibió el título de Rey Católico por parte del Papa Borgia, por el que es mundialmente conocido. El Rey más depresivo de nuestra historia, Felipe V, fue apodado «el Rey animoso» y así, Rita fue conocida como «la Reina del amor», siendo, posiblemente, la celebridad del siglo XX que menos suerte tuvo con los hombres, comenzando por su padre.

Aunque empezaré esta historia un poco antes, con un sevillano de Paradas, hijo de un criador de caballos de origen sefardí, que se volvió un enamorado del flamenco. Se llamaba Juan Antonio Anselmo de los Dolores Cansino Avecilla y fue el primero de su familia en dedicarse profesionalmente al baile. De hecho, llegó a abrir dos academias. Una en Sevilla y otra en Madrid. Antonio Cansino, aparte de emprendedor fue también un buen guitarrista y, de hecho, tocó para algunos de los más célebres artistas flamencos de su época. Antonio se casó con una paisana llamada Carmen Reina Montero con la que tuvieron nada menos que nueve hijos. El tercero de los cuales nacido en Castillejo de la Cuesta, en 1895, fue Eduardo, que seguiría los pasos de su padre y que junto con su hermana Elisa formaría un dúo de baile flamenco, con el que probaron suerte en Estados Unidos con el nombre de The Dancing Cansinos. En torno a 1919 Eduardo rehace el dúo con su pareja sentimental, con la que posteriormente se casaría, Volga Haworth, una atractiva corista de ascendencia británico-irlandesa, con la que tendrían tres hijos. La mayor, Margarita, nace en Nueva York en 1918. Curiosamente esta ascendencia hispano-irlandesa coincide con la de otro de los grandes actores actuales. Ramón Antonio Gerardo Estévez, más conocido como Martin Sheen.

Rita Hayworth, con su hija Rebecca WellesGTRES

Pero volviendo a los Cansinos, alrededor de 1927 se trasladan a California. Con el inicio de la gran depresión tendrán graves problemas financieros por lo que se vuelven a trasladar, esta vez, a Tijuana, donde Eduardo inicia a su hija Carmen, con solo trece años, en el mundo del espectáculo. Será este un periodo especialmente turbio en la biografía de la futura diva del celuloide por las relaciones incestuosas y los malos tratos por parte de un progenitor ambicioso y sin escrúpulos, que, en vez de escolarizarla, le obligaba a tener maratonianas sesiones de baile y le prohibía que le llamase padre en público.

Tampoco tuvo suerte con su primer marido, Edward C. Judson, un habitual de la noche angelina que se había dedicado a la venta de coches. Una jovencísima Margarita vio en él la oportunidad de escapar de su horrendo padre y Judson, consciente de la belleza y el talento artístico de su esposa vio en ella una inversión. Judson es quien convierte su melena castaña en pelirroja y quien le transforma el nombre utilizando el diminutivo de Margarita y cambiando el apellido paterno por el materno, al que añadirá una 'y'. También utilizará sus contactos para introducirla en el mundo del cine. Aunque ella, a través de su padre, ya había conocido alguna gente de esta industria que visitaba Tijuana, como el productor Darryl F. Zanuck y a españoles, como Conchita Montenegro, la primera actriz patria que triunfó en Hollywood, al diplomático y director de cine Edgar Neville o a Xavier Cugat, con los que siempre mantendría una buena relación. Todo ello desembocó en un contrato con la Columbia. A partir de entonces la joven bailadora Margarita Cansino se convierte en la estrella internacional Rita Hayworth y ello, a pesar de negarse a pasar por los aposentos de los Zanuck, los Cohn y demás 'Weinsteins' de la época, que no pudieron sabotear su carrera porque como dijo Frank Sinatra: «Rita Hayworth es la Columbia».

Gene Kelly y Rita HayworthGTRES

Su carrera brilló de manera fulgurante en los 40 y en los 50, para declinar luego, en parte por un prematuro alzheimer que le impediría recordar los guiones y que la llevaría a la tumba en 1987. Aunque sus principales papeles fueron dramáticos, su pasado como bailarina le permitió hacer también excelentes musicales. De hecho, Fred Astaire diría que, de todas las personas con las que había trabajado «nadie se aprendía los pases de baile más rápido que Rita». Pal Joey (1957) con Sinatra sería su último musical. Algunas de sus películas fueron rodadas en España, como Último chantaje (1961) o El fabuloso mundo del circo (1964). País que decía adorar, porque era, en sus propias palabras, «la fuerza de la sangre».

Pero, en su vida personal, Rita fue el caso opuesto al de Gilda. Fue ella, una persona tímida y cariñosa, aunque traumatizada por un padre tiránico y depravado, la que sufrió a hombres «fatales». Aparte del inmoral Judson, se casó cuatro veces más y tuvo dos hijas con dos de sus maridos, Rebeca con Orson Welles y Yasmine con el príncipe Alí Khan. También tuvo numerosos amantes como Kirk Douglas, Glenn Ford, Victor Mature o David Niven, pero como ella mismo decía, «los hombres que conozco se acuestan con Gilda, pero se levantan con Rita».

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