Fundado en 1910

Grison, Jorge Ponce, David Broncano y Ricardo Castella, en el teatro donde se graba 'La Resistencia'Movistar Plus+

Movistar Plus+

Así es el programa de Broncano por el que TVE pagará 88.000 euros por capítulo

La Resistencia es un espacio de culto en el que la improvisación es la marca de la casa

Se habla, y no se para, del «programa de Broncano». Pero es evidente que se toca mucho de oído, porque su audiencia está lejos de ser millonaria (está por debajo del 3% de la cuota de pantalla). ¿De qué va La Resistencia? Lo intentaremos resumir en los próximos párrafos.

Programa de culto pero viral

Es cierto que la audiencia de este programa nocturno (empieza entre las 23.30 y las primeras horas del día) que lleva en antena desde el 1 de febrero de 2018 ha sido siempre mínima, pero también que los cortes del programa suelen ser muy celebrados en redes sociales –y en ciertas páginas web– así que amanece. La viralidad es una de las características de este espacio de culto con el que TVE se plantea disputarle el trono nocturno al programa más visto de la tele española, El Hormiguero. El contenido suele nacer de las propias cuentas del programa, que emplean un lenguaje desenfadado.

Especial repercusión suelen tener aquellos vídeos en los que los invitados responden a las dos preguntas clásicas del programa: las relaciones sexuales mantenidas en el último mes («¿cuentan las del Bernabéu?», respondió jocoso Gerard Piqué) y el dinero que tiene en la cuenta bancaria. No son fijas, es decir, no todo el que pasa por el sillón es sometido a estas cuestiones embarazosas.

En falso directo

El programa se emite desde un teatro de la Gran Vía madrileña en falso directo, lo que en principio se mantendría en su paso a La 1.

Estructura y colaboradores

El programa se estructura en dos grandes partes: la entrevista final (a la que le daremos capítulo aparte más abajo) y el resto.

Ese «resto» suele tener dos partes. De entrada, el presentador se puede pasar veinte minutos conversando y bromeando con el público del plató y con el espectador anónimo al que acomodan en la gran piscina de bolas que desde la quinta temporada (2021) hace las veces de butaca VIP.

A continuación, es el turno de los colaboradores del programa. El más habitual es Jorge Ponce, subdirector y guionista de La Resistencia, que trae al plató la actualidad con un toque divertido. En ocasiones lo hace en persona, desde el sofá de invitados, y en otras sale del teatro para pulsar la vida callejera.

En tiempos recientes fueron muy celebradas las apariciones de Candela Peña, que solían derivar en improvisaciones entre la actriz y Broncano. En los actuales son habituales los humoristas Pantomima Full (Alberto Casado y Rober Bodegas) y Pablo Ibarburu.

Broncano al margen, los tres rostros más habituales son el ya citado Jorge Ponce, Ricardo Castella y Grison. Los dos últimos están en el escenario en su condición de músicos –el primero es también director del programa– e intervienen constantemente con sus bromas, antes y durante la larga entrevista que ocupa la mayor parte de La Resistencia.

La entrevista de Broncano

En El Hormiguero todo está medido al máximo detalle. Hay un gran equipo detrás, técnico y de guionistas. Nada se deja al azar, ni siquiera las tertulias, que se ensayan antes. La Resistencia transmite justamente la sensación contraria. La sección en la que Broncano charla con Jorge Ponce o algún otro colaborador sí tiene cierta preparación por parte del primero, pero la entrevista es deliberadamente improvisada. El motivo de la visita del invitado, que suele ser promocionar algo, es lo de menos: se suele citar en un breve momento. El resto es jazz televisivo: nunca sabes en qué puede derivar la conversación.

Broncano suele tener unas tarjetas con preguntas para el invitado y apuntes sobre su vida, pero apenas las utiliza. Es más, en ocasiones ni las lee. De todas las entrevistas que ha hecho, quizá la única que se preparó a conciencia fue la que hizo (fuera del plató) a Roger Federer. Normal: es su gran ídolo.

La tirolina

El entrevistado puede realizar una aparición convencional (accede por detrás del escenario) o elegir una entrada más espectacular, que consiste en bajar al escenario desde lo alto del teatro por medio de una tirolina. Por cierto, Broncano nunca se ha tirado por ella, como confirmó hace unos días a Edurne cuando la cantante visitó el programa.

Un regalo para el presentador

Una de las tradiciones de La Resistencia es que los invitados lleven un regalo al presentador, que este coloca sobre su mesa o en el entorno de esta. A medida que avanza la temporada se va colmando y adquiere cierto aspecto de basurero controlado. «Os agradezco que sigáis viniendo a la pocilga esta», dijo el pasado lunes Broncano a los actores Luis Zahera y Javier Gutiérrez.

El más generoso regalo fue de Bertín Osborne: regaló un potrillo a Broncano.

El vomitivo vídeo

Otro de los hitos más recordados del programa fue un vídeo de contenido muy desagradable del que el invitado no podía desvelar su contenido. Por sus caras se podía deducir que no era precisamente bonito de ver. A los seis meses de emisión se reveló el misterio, lo hizo Najwa Nimri: «Es un menda con una dureza en el pie, rollo jamón de jabugo, rajándose la planta del pie», contó la actriz.

Bromas con las drogas

Es habitual en el programa realizar bromas —en ocasiones no explícitas sino de forma figurada— sobre drogas como el hachís o la cocaína, que suelen ser traídas por el músico Grison. En una televisión pública no parecería muy saludable abordar este tipo de temas con un tono jocoso, como es el caso.

Sin política

El programa ni entrevista a políticos ni aborda temas políticos. Hay, sí, chascarrillos sobre este tema al hilo de la actualidad o de lo que vaya surgiendo, pero siempre de forma puntual. Para entendernos, La Resistencia está en ese sentido muy lejos de ser El intermedio (La Sexta), cuya razón de ser es operar como azote de la derecha y vehículo propagandístico de la izquierda. Así es La Resistencia en Movistar Plus +: a saber cómo sería en TVE.

Arriesgada apuesta

En definitiva, es un programa extravagante y muy diferente al resto. Así se define en su propia página web: «El show más callejero, canalla y transgresor, con público en directo, colaboradores sin prejuicios y entrevistas muy originales y sorprendentes».

Con estos mimbres, tendría difícil competir con El Hormiguero, de tono más familiar, más trabajado en su guion y mucho más enfocado al entretenimiento que al humor.