Las interpretaciones de Laurence Olivier, como el escritor de novelas de misterio Andrew Wyke, y Michael Caine, como el amante de su mujer, Milo Tindle, se quedaron sin conseguir el Oscar al que optaban, pero dejaron una huella indeleble en la memoria del espectador. La huella, la última película dirigida por Joseph L. Mankiewicz (Eva al desnudo, La condesa descalza), es puro teatro, en el mejor de los sentidos, con su puesta en escena, basada en la obra de Anthony Shaffer. Laurence Olivier y Michael Caine trasladaron su pulso interpretativo a la gala de los Oscar. Los dos competían al Oscar al mejor actor por esta película, pero no era el mejor año para conseguirlo con Marlon Brando pasando a la historia del cine como Vito Corleone en El Padrino.