España, sin voz ni votos con 'Zorra' en la polémica final de Eurovisión 2024: gana Suiza y Nebulossa es 22ª

Ganó Suiza la final de Eurovisión 2024, que pasará a la historia como la más polémica y, al tiempo, la más vergonzosa nunca antes celebrada por los escándalos que marcaron las horas previas a la final y la instrumentalización política de un festival que presumía de lo contrario. Nemo, el representante no binario de Suiza al que los comentaristas de TVE, Tony Aguilar y Julia Varela, se han referido en numerosas ocasiones como «elle», se ha impuesto con sus 591 puntos en el conjunto de las votaciones a Croacia (547 puntos), que partía como principal favorita, y a Ucrania (453), que ha terminado tercera.

Para encontrar a España, a Nebulossa y al controvertido tema Zorra que ha interpretado en el Malmö Arena, hay que bajar hasta el puesto 22 de los 25 finalistas. Nebulossa, como ya se sabía, no ha tenido ni voz ni prácticamente votos. Solo cinco de los 37 países del jurado profesional han votado a España, que únicamente ha recaudado 19 puntos en esa parte. Después, con el televoto, la cosecha ha sido aún más ridícula: 11. En total, 30 puntos que han dejado a Nebulossa la cuarta por abajo. Ridículo de postal.

En las horas previas a la final, la organización del festival había decidido expulsar al representante de Países Bajos, Joost Klein, por intimidar a la operadora de cámara que le estaba grabando. Según la televisión holandesa, que consideró la medida «desproporcionada», Joost realizó un gesto amenazante a la trabajadora, pero sin tocarla. El festival pasaba así de 26 a 25 finalistas y cambiaba el orden de actuación. Nebulossa pasaba de actuar en octavo lugar a hacerlo en séptima posición. El orden de los factores no altera el producto. Y el de Nebulossa, producto del feminismo mal entendido, se sabía que era de pésima calidad en prácticamente todo: letra, voz y (des)arreglos.

Pedro Sánchez defendió Zorra, pero a Europa no se la han colado con la canción que no representa a España como es y como merece. Sirva como prueba la encuesta que habíamos realizado en El Debate antes de la final de Eurovisión. En ella preguntábamos a nuestros lectores si querían que España ganase Eurovisión con Nebulossa y el tema Zorra. El resultado, aplastante: el 92 % contestó que no. Por algo será.

El hueco dejado por Países Bajos, el quinto, lo ocupó Eden Golan, la cantante de Israel que ha tenido que soportar todo tipo de críticas y desprecios en la larga semana de Eurovisión, incluidos los de varios compañeros de otros países, como los bostezos de la representante de Grecia mientras Eden Golan hablaba a su lado en una rueda de prensa.

En la noche de este sábado, la cantante israelí ha tenido como acompañamiento a su destacada actuación la música de viento del público del Malmö Arena, que ha llenado de pitos y abucheos el que debía ser su gran momento. Israel ha terminado en la misma posición en la que ha actuado su representante: quinta, con 375 puntos. España, por cierto, ha dado los 12 puntos de su televoto, la máxima puntuación, a Israel.

En la noche de Eurovisión más polarizada que se recuerda, ganó el país de la neutralidad. Nemo, el cantante de Suiza, salió de nuevo al escenario para interpretar por segunda vez The Code, su canción, en calidad de ganador del certamen. Esa sea ya, quizá, la última esquirla de tradición que le queda a un certamen donde la moral ha terminado igual que el micrófono de cristal en manos de Nemo: rota y por los suelos.