Tres años después de Charada, Stanley Donen repitió fórmula con Arabesco aunque cambiando sus componentes: Gregory Peck en lugar de Cary Grant, y Sofia Loren en vez de Audrey Hepburn. Peck encarna aquí a un prestigioso egiptólogo al que piden, no de muy buenos modos, que descifre una importante inscripción jeroglífica. El profesor David Pollock, su personaje, es capaz de recurrir al humor hasta cuando ve su vida en peligro: «Perdone, he interrumpido su amenaza», le suelta al millonario, en su propia mansión, que le obliga a descifrar el jeroglífico en apenas unas horas si quiere seguir vivo. Esconderse en la ducha de la novia del millonario (Sofia Loren), con ella dentro y por mucho que él no quiera mirar, puede que tampoco le ayude mucho. O tal vez sí…