Ni 'Pulp Fiction' ni 'Kill Bill': Quentin Tarantino confiesa cuál es su mejor película

Como uno de los autores más puristas que trabajan en Hollywood a día de hoy, las películas de Quentin Tarantino siempre llevan un sello inconfundible de genialidad. Ya sea por sus elogiadas secuencias de violencia explícita, su estructura no lineal, su inclinación por la podofilia femenina, el gusto por los planos contrapicados o el característico estilo de diálogo, el director es responsable de algunas de las mejores películas de los últimos 30 años.

Su carrera cinematográfica ha demostrado que es una de las figuras más talentosas del Séptimo Árte y no solo en el terreno de la dirección. Después de haber probado suerte –con éxito– como productor, guionista o actor, nada parece resistírsele. Pese a todo, y con nueve obras a sus espaldas, Tarantino valora retirarse una vez dirija la décima. Una idea que siempre ha atormentado a sus fans, pero que el propio cineasta defiende en cada entrevista que da.

«Me preocupo mucho por mi filmografía y una mala película opacaría tres buenas», confesó en una ocasión. «No quiero hacer una cinta sin chispa ni algo cutre y cómico que haga a la gente compadecerse de mí y decir que aún me creo el de hace 20 años».

En ese sentido, en una visita al programa de Howard Stern, el cineasta afirmó que el único para el que realiza sus películas es para sí mismo. «Me encantan. Las hago para mí. El resto del mundo está invitado. Estoy muy satisfecho con mi trabajo», defendía ante la afirmación de que disfruta viendo una y otra vez todas ellas.

Durante años, solía comparar sus películas con sus hijas, sin poder elegir una favorita. «Luego pasé a decir que dependía del momento en el que me preguntasen». De hecho, confesó que «en un momento dado siempre decía Kill Bill».

Aunque, por supuesto, como todos los fanáticos del cine, siempre existe una «criatura» por la que se siente especial predilección. En este caso, Tarantino sorprendió con su respuesta. Los oyentes esperaban que se refiriese a Reservoir Dogs, esa ópera prima con la que consolidó de forma instantánea su reputación como director a principios de los 90.

Sin embargo, no tenía en mente ni esta ni otra de sus obras maestras: Pulp Fiction. Tampoco aplaudidos proyectos como Kill Bill: volumen 1 y 2 (2003 y 2004), Malditos bastardos (2009), Django desencadenado (2012) o Los odiosos ocho (2015). Paradójicamente, para él su mejor obra es la que más asperezas despertó entre el público y la crítica especializada. «Creo que Érase una vez en... Hollywood es lo mejor que he hecho», sentenció.

Una película en la que sería más fácil enumerar los actores que no aparecieron que los que sí forman parte del metraje. Con el elenco más numeroso de su carrera –presidido por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, esta comedia dramática se desarrolla en Los Ángeles de 1969 cuando un actor en decadencia de westerns y su doble de riesgo luchan por mantener su relevancia en el star system mientras conviven con la ola de asesinatos de la Familia Manson y el lado oscuro del flower power.

La película le valió el Oscar al mejor actor secundario a Brad Pitt y fue aclamada por su recreación nostálgica de Hollywood y su narrativa única, incluyendo en la trama a personajes reales como Sharon Tate o Roman Polanski con otros de creación propia. Sin embargo, la idea unánime que prevaleció en el público es que no tenía comparación con sus predecesoras.

Muy pocos entendieron que, en esta ocasión, no se trataba de ajustar cuentas con Hitler, recrear la esclavitud o inmiscuirse en la vida de asesinos a sueldo, sino simplemente celebrar una oda a las bambalinas de las producciones cinematográficas que conoció cuando tenía nueve años y vio reflejada en tantas películas y series como era capaz de ver.