El mítico personaje de Harrison Ford que iba a interpretar Jack Nicholson: «Era perfecto»

Pocas ocasiones deben haber existido en Hollywood en las que Jack Nicholson y Harrison Ford han luchado por el mismo papel. El dúo no podría ser más diferente en términos no solo de personalidades, sino también del tipo de interpretaciones por las que se han hecho conocidos.

Nicholson siempre ha sido un actor de método excéntrico y maniaco tan famoso por sus payasadas fuera de la pantalla como por sus esfuerzos dentro de ella. Por su parte, a Ford nunca le han importado lo más mínimo los lujos de la fama y ha obtenido sus mayores éxitos de la mano de héroes de acción más bien estoicos a la par que cautivadores, carismáticos y encantadores.

En este sentido, resulta completamente imposible imaginar a Harrison Ford siendo el inolvidable Randall P. McMurphy de Alguien voló sobre el nido del cuco o a Nicholson caracterizado como Han Solo o Indiana Jones. Sin embargo, hubo un tiempo en el que el veterano intérprete de Star Wars no fue la primera opción para un personaje que, con el tiempo, se ha convertido en uno de los favoritos de su carrera cinematográfica. De hecho, tal y como confesó en una entrevista, nada le habría gustado más que conseguir rodar una secuela.

Y eso que tal y como termina la película resulta bastante difícil. Hablamos, por supuesto, de La costa de los mosquitos. Dirigido por Peter Weir, el filme estrenado en 1986 adaptaba el libro de Paul Theroux sobre un inventor que, cansado del consumismo de la sociedad de su época, decide alejarse de la civilización y adentrarse en un desconocido lugar de la costa nicaragüense-hondureña apodado la costa de los mosquitos. Allí, compra una pequeña aldea indígena perdida en medio de la selva y a la que intenta instruir con sus fantásticas y delirantes ideas e inventos.

«Probablemente haré La costa de los mosquitos con Peter Weir como director». El emisario de estas palabras no fue Ford, sino Jack Nicholson, quien en una entrevista con Roger Ebert desgranaba así su intención de formar parte del proyecto en noviembre de 1983, es decir, tres años antes de que la película final se estrenase. «Me encanta la escena en la que el padre se adentra en la selva tropical y los convence de que una tormenta eléctrica es el holocausto nuclear y que pueden despedirse de sus tarjetas de crédito», explicó el actor, que era fan de la novela de Theroux.

Lo que ocurrió para que Nicholson se borrase de forma definitiva del proyecto fue la disputa salarial que mantuvo con los productores. «Jack era perfecto para el personaje», llegó a decir el guionista Paul Schrader, «pero los egos terminaron involucrándose» y abandonó el proyecto. «La película hubiera sido mucho mejor».

Paradójicamente, a Harrison Ford le vinieron bien las discusiones de Nicholson con el equipo porque, al final, terminó recibiendo el salario que este pedía para sí mismo. Sin embargo, no supo nada al respecto hasta mucho tiempo después. Cuando se enteró, admitió que, en realidad, le «parecía buena idea» que Nicholson le hubiera quitado el personaje. Él también pensaba que era perfecto para interpretar al disparatado Allie Fox.