Cine
El personaje de Disney que ha prohibido el presidente de China por ser un símbolo de resistencia
¿El motivo? La sorprendente conexión del tierno osito con el presidente Xi Jinping
China, un país que dice querer mantener su economía abierta al resto del mundo, sigue con un férreo control sobre la tecnología, los medios y el entretenimiento. En un sorprendente giro de los acontecimientos, el gobierno chino ha decidido censurar a uno de los personajes más queridos del mundo infantil: Winnie the Pooh. ¿El motivo? La sorprendente conexión del tierno osito con el presidente Xi Jinping.
Desde la imposibilidad de acceder a Instagram, Twitter, Google y YouTube, hasta la censura de películas que tratan sobre viajes en el tiempo, China demuestra un control exhaustivo sobre el flujo de información y entretenimiento. Ahora, la última víctima de esta rigurosa vigilancia es el inofensivo Winnie the Pooh. Según fuentes, las películas de Winnie the Pooh no se proyectan ni proyectarán en los cines chinos, aunque las autoridades del país aún no han ofrecido una justificación oficial para esta medida.
El origen de esta extraña censura se remonta a 2013, cuando el entonces presidente estadounidense Barack Obama visitó China y se reunió con Xi Jinping. Durante este encuentro, una foto del paseo entre Obama y Xi fue comparada en redes sociales con la imagen de Winnie the Pooh y Tigger, creando una broma viral. Esta comparación, inicialmente inofensiva, se convirtió en una piedra en el zapato para el régimen chino, que comenzó a ver a Winnie como una amenaza para su imagen.
La situación se intensificó cuando el presidente Xi fue comparado con Winnie the Pooh en otras ocasiones. En una famosa imagen en la que Xi saludaba al primer ministro japonés Shinzo Abe, los internautas hicieron la comparación con Winnie y el burrito Eeyore. Otro incidente notorio ocurrió cuando Xi sacó su cuerpo por el techo de su limusina para inspeccionar a las tropas; inmediatamente apareció en la red una foto de un Winnie the Pooh de juguete en un auto descapotable. La reacción del gobierno fue rápida y severa, censurando cualquier mención del osito y reprimiendo a quienes lo usaran para criticar al régimen.
A pesar de la rigurosa censura impuesta, Winnie the Pooh mantiene su estatus como un querido ícono de la cultura popular en China. Los libros y juguetes del tierno osito siguen arrasando en ventas, y en el Disneyland de Shanghai, Winnie el Pooh sigue deleitando a los niños en atracciones.
En resumen, mientras el tierno personaje de Disney sigue siendo un símbolo de ternura y amistad para muchos, en China, el osito de miel ha sido convertido en una figura controvertida debido a su inesperada asociación con el liderazgo político del país. La batalla entre el amor por el personaje y la necesidad de control político continúa, dejando a Winnie the Pooh en una extraña posición: censurado en pantalla, pero aún querido por los más pequeños.