Cine
La película con la que Resines le ganó el Goya a Javier Bardem
Resines, que cumple 70 años, recogió su merecido galardón de manos de Penélope Cruz en 1998
Este miércoles 7 de agosto cumple 70 años Antonio Resines, uno de los actores más carismáticos del cine y la televisión en España y al que indefectiblemente asociamos con la comedia. Es de ley que así sea con la ingente cantidad de títulos del género en los que ha trabajado desde 1980, el año de la Ópera prima de Fernando Trueba junto a Óscar Ladoire, y con series míticas como Los Serrano o Los ladrones van a la oficina, con los recordados José Luis López Vázquez, Fernando Fernán Gómez, Agustín González, Manuel Alexandre, Quique San Francisco y Roberto Cairo. Pero también es de ley, aunque pocas veces se le reconozca, valorar como se merecen las interpretaciones dramáticas de Antonio Resines. Y una por encima de todas las demás: la que bordó en La buena estrella a las órdenes de Ricardo Franco.
El personaje de Rafael le valió la primera de sus tres nominaciones a los Goya (después vendrían otra como mejor actor por La niña de tus ojos y una como mejor actor de reparto por Celda 211. En la edición de los Goya celebrada en 1998, cuando aún eran tres los nominados en las categorías principales, Resines competía por el premio con su compañero de película Jordi Mollá, con la consiguiente división de voto que perjudicaba a los dos, y con Javier Bardem, candidato por Carne trémula.
Curiosamente, Penélope Cruz era la encargada de desvelar el nombre del ganador. Abrió el sobre y pronunció el nombre de Antonio Resines. El actor se abrazó a su hijo y después a Jordi Mollá, y salió al escenario para recoger su galardón. Las cámaras enfocaron a Javier Bardem, que aplaudía, pero sin disimular su descontento. Era el gran momento de Antonio Resines, el reconocimiento a una labor que se diría callada si no fuera por la divertida verborrea de la que saca provecho como pocos. Sin embargo él, que tantas veces finge ser vanidoso, volvió a tirar por el camino de la humildad.
Se dedicó apenas 20 segundos de gloria para mostrar su elegancia con sus compañeros de nominación, dar las gracias a Ricardo Franco y Maribel Verdú («Maribelín»), y también a su hijo. A su manera, claro: «Se lo dedico también al tonto de Ricardo, que es mi hijo y está ahí». Un abrazo y muchas gracias a todos. Hasta luego», se despidió Resines, que llega ahora a los 70, trabajando y bromeando como siempre después de superar un cáncer, una angina de pecho y una neumonía bilateral como consecuencia del coronavirus que estuvo a punto de provocarle la muerte. Recuperarse ha sido, felizmente, su verdadera buena estrella.