Cine
La historia detrás de Betterville, la cárcel de 'El bueno, el feo y el malo' que ya se puede visitar en Burgos
La Asociación Cultural de Sad Hill lleva diez años luchando por la recuperación del lugar
Durante el verano de 1966, una de las películas más importantes de la historia del cine –la que para muchos es la obra maestra de Sergio Leone– El bueno, el feo y el malo, transformó los inmensos paisajes de la provincia de Burgos, entre los diminutos pueblos de Salas de los Infantes y Covarrubias, en el lejano oeste americano. Los estepicursores se instalaron en los agrestes y calizos enebros de la Peña de Carazo y el valle del Arlanza para convertirlos en escenarios naturales de Nuevo México y el Río Grande, asentados en el paso de Santa Fe y la Glorieta.
Fue el productor Antonio Pérez Giner quien, tras rodar El valle de las Espadas, recomendó este insólito paraje castellano al cineasta italiano y su equipo, que quedaron fascinados por estas tierras burgalesas, tan protagonistas en la película como el Hombre sin nombre, Tuco y Sentencia.
De esta forma, cuatro localizaciones tienen un lugar especial en el imaginario popular por ser cruciales para el desarrollo de la trama: la Misión de San Antonio, en el Monasterio de San Pedro de Arlanza (Hortigüela), el puente de Langstone, sobre el río Arlanza, el cementerio de Sad Hill, en el valle de Mirandilla (Santo Domingo de Silos) y la prisión de Betterville, en Carazo.
De todas ellas, esta última es la que ha sido abierta al público en un intento de dinamizar el turismo de la zona y devolver a estos enclaves el protagonismo que han tenido. El paso de los años convirtió la conocida cárcel en una auténtica ruina comida por la naturaleza. Sin embargo, la Asociación Cultural Sad Hill, que lleva luchando diez años, ha conseguido devolverle la vida.
«El ser humano es capaz por su propia cuenta de acelerar o ralentizar (difícilmente detener) los cambios que la erosión provoca en el terreno. Y en su capacidad de decidir, elige lugares en los que merezca la pena esforzarse. Un bosque, un yacimiento, la ribera de un río son habitualmente ese tipo de lugares», aseguraba la Asociación antes de preguntarse si merece la pena invertir en la revitalización de una localización cinematográfica.
Teniendo en cuenta que «es difícil encontrar una publicación especializada que no sitúe a El Bueno, el feo y el malo entre las 100 mejores películas de la historia», la pregunta se responde por sí sola. Gracias a la tenacidad, la Ruta Salvaje de Burgos ahora tiene una nueva parada, ese fuerte unionista donde Tuco y Rubio son hechos prisioneros.
La escena fue rodada en un altozano cercano a la localidad de Carazo conocido como Majada de las Merinas. Para ello se construyó bajo un proyecto del escenógrafo Carlo Simi un imponente fuerte con profundos fosos, empalizada y edificaciones anejas donde se representa lo peor de la guerra con torturas y ejecuciones. «Sergio Leone se inspiró en grabados y fotografías reales de la Guerra de Secesión americana y del campo nordista de Andersonville (Georgia) en 1864 tomadas por Matthew Brady y donde se cometieron ejecuciones masivas de prisioneros, hacinamiento y hasta canibalismo», reconoce desde la Asociación.
«La necesidad de gran cantidad de extras en algunas escenas y la construcción de grandes decorados alteró la vida de la comarca durante los meses de mayo a julio de aquel año». De hecho, desde el cuartel de San Marcial en Burgos fueron movilizados más de 2.000 soldados para participar en el rodaje junto a estudiantes y población local. «La explanada y los fosos que se construyeron para el rodaje y el paisaje que rodea la localización original no ha cambiado», explican.
El renacimiento cultural del lugar se llevará a cabo los próximos 7 y 8 de septiembre. El sábado se celebrará una jornada de limpieza del entorno a las 4 de la tarde, un concierto de Cardelina en Carazo a las 7 y la proyección de la película a continuación.
El domingo, por otro lado, el día comenzará con la inauguración oficial de la recreación del campo de prisioneros a las 12 de la mañana, para después continuar con un homenaje a los figurantes y la recreación de una batalla de la guerra civil americano a cargo de la Asociación Imperial Service. Un enfrentamiento, además, del que podemos formar parte. Siempre y cuando, claro, tengamos nuestro propio vestuario de Unionista (pantalón y chaqueta azul) o rebelde (pantalón y chaqueta gris).