'No tenéis ni **** idea', el documental que desnuda a Luis Enrique y su odio a los periodistas

El primer capítulo de No tenéis ni **** idea no tiene desperdicio y desvela la auténtica personalidad de Lucho, Titi como le llama su mujer Elena o Luis Enrique Martínez García como reza su DNI. Es un personaje soberbio, polémico, antipático, arrogante, endiosado, pedante y con un «odio» a los medios de comunicación que ya no disimula. Cree que son ignorantes, que no saben nada de fútbol, que le preguntan con mala intención: «Me bajaría el sueldo a la mitad si no tuviera que atender a la prensa», declaró hace unos días.

Este carácter revirado ya le llevó a vivir una situación insoportable como seleccionador, hasta que fue cesado. Ahora en el PSG –París Saint Germain– el camino puede ser el mismo y no tiene ningún reparo en sentenciar que «me crezco en las dificultades. Cuanto más mierda y más barro, me encuentro mejor».

El primer capítulo de la docuserie de Movistar+ se centra en el primer año en el PSG. Un año en el que fue eliminado de la Champions. Luis Enrique vive en la ciudad deportiva del club, «un hotel de cinco estrellas», dice. Se pasea por el césped de los alrededores descalzo –barefoot–, silba a todas horas, y está allí para crear un nuevo equipo, sin figuritas: «Si fuese por los mejores jugadores del mundo, el PSG tendría ocho Champions, y no tiene ninguna».

Su proyecto, cuenta entre pantallas de televisión para visionar partidos, es crear un proyecto nuevo. Le han dado libertad, tiempo y la primera decisión fue hacer limpieza: Neymar, Verratti y finalmente Mbappé, fuera. «Este equipo -dice- estaba acostumbrado al desorden, pero hay que ganar ¡ya! No se puede esperar cuatro años, igual estoy muerto».

El sorteo envía al PSG al grupo de la muerte, Milan, Newcastle y Borussia Dortmund. Sus charlas en el vestuario no son muy convincentes y para asustar es capaz, como se aprecia en el documental, de pegar un golpe a varias botellas de agua y tirarlas a los pies de los jugadores. Últimas palabras al vestuario antes de salir al campo: «Sería una gran cagada quedar eliminados de la Champions. Que empiece el show, la fiesta y a por ellos».

«La derrota es muy cruel. Muy cruel. Es un sentimiento muy desagradable», dice Luis Enrique. «Y me preguntan por qué jugué con cuatro delanteros. La prensa no sabe nada. No tenéis ni ****idea». Y sigue en su mundo de elucubraciones: Todo tiene solución –exclama tras arreglar su ordenador- menos la muerte. No soy perfecto, no lo quiero ser».

La parte familiar es la más tierna. Su mujer, Elena, y sus hijos Pancho y Sira, viven y sufren las experiencias de Titi, como le llama su mujer, pero él no es muy cariñoso, quizás porque está la cámara delante.

«El futuro del entrenador será fuera del banquillo, en una cabina viendo desde arriba, con una pantalla...», aún no ha olvidado el andamio que utilizaba en los entrenamientos con el Celta de Vigo. Y si no triunfa en el PSG, lo tiene claro: «Lo peor que puede pasar es que me echen, y eso no va a ser un trauma. Al día siguiente ya estoy con la bicicleta…».