La película que hizo que Leonardo DiCaprio se enamorase del cine

A día de hoy, con más de 30 años de carrera a sus espaldas, Leonardo DiCaprio se ha convertido en el intérprete al que un sinfín de jóvenes talentos idolatran y recurren en busca de inspiración. Para muchos no solo es el gran actor de su generación, sino que se está acercando al estatus de otros grandes como Robert De Niro, Al Pacino, Gene Hackman o Jack Nicholson. Como ellos, que su nombre aparezca en los títulos de créditos ya es razón suficiente para comprar una entrada y ver su nueva película en el cine.

Con ese reconocimiento a sus pies —y varios premios en las estanterías que lo confirman—, Leonardo DiCaprio, que hoy cumple 50 años, parece haber nacido para vivir bajo la mágica estela de Hollywood. El intérprete que se ganó el favor de la crítica con ¿Quién ama a Gilbert Grape? y el del público internacional con Romeo+Julieta y Titanic, es ya una estrella icónica que siempre quiso asemejarse a otra cuya vida se truncó de forma trágica: James Dean.

Al este del Edén, Rebelde sin causa y Gigante ayudaron a consolidar la leyenda de una figura que sigue presente pese a que su carrera cinematográfica tan solo duró cinco años. En una entrevista con MTV, DiCaprio reveló que, como a muchos, su presencia en la pantalla le cautivó. Era tan solo un niño cuando las vio por primera vez y le impulsaron a encontrar su propio hueco en la industria. De hecho, confesó que una de las películas que hizo que se enamorase del cine. «Cuando me convertí en actor, ver a ese James Dean vulnerable en Al este del Edén me dejó atónito», confesó.

No ha sido la única vez que el intérprete ha hablado sobre la adaptación de la novela de John Steinbeck. En otra entrevista, la definió como una auténtica experiencia formativa junto a Taxi Driver. «Nunca dije: 'Esto es a lo que voy a aspirar', porque a esa edad, es algo que está fuera de cualquier posibilidad», explicó. «Pero fue como: 'Guau, me encantaría que una de mis actuaciones se pareciese mínimamente a esta algún día'».

Al este del Edén dejó a DiCaprio tan «increíblemente conmovido» que, en la actualidad, sigue siendo una de sus películas favoritas. «Había algo tan crudo y poderoso en su interpretación que me rompió el corazón», reconoció sobre el Cal Trask al que da vida James Dean y su «desesperación por ser amado».

Su obsesión con el malogrado actor que murió a los 24 años en un accidente de coche fue tal que incluso estuvo a punto de interpretarle en el cine. Como él, el director Michael Mann (Heat, El último mohicano, Ferrari) era un gran seguidor de su trabajo y quería homenajearle en un biopic. «Estuvimos bastante tiempo pensando ‘¿quién demonios podría interpretar a James Dean?’. Y encontré a alguien que podía hacerlo. Era Leo. Hicimos una prueba bastante sorprendente. Debía tener unos 19 años por entonces», relata el cineasta.

Por aquel entonces, en torno a los primeros años de los 90, DiCaprio ya nos había cautivado con películas como Vida de este chico y se estaba consolidando como superestrella. «Desde mi punto de vista lo tenía todo. Era brillante. Giraba la cara en una dirección y veíamos a James Dean, y luego giraba la cara en otra dirección ya no, era demasiado joven». Fue su juventud, por tanto, la que jugó en su contra y Mann le desechó para el papel. Sin embargo, DiCaprio debería sentirse orgulloso de sus dotes como actor porque, como el director no encontró a nadie mejor que a él, decidió dejar de lado el proyecto y nunca ha querido retomarlo.