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John Wayne, en 'Río Bravo'

Cine

El western de culto que John Wayne odiaba

El actor rechazó el papel protagonista, que terminó en manos de un amigo cercano, quien ganó un Oscar por su icónica interpretación

Mientras el cine del Oeste suele evocar imágenes de héroes duros, lealtad y honor, Solo ante el peligro (1952) decidió desmarcarse de ese camino y crear un western profundamente político y moral. Sin embargo, esta joya del director Fred Zinnemann, que fue reconocida con cuatro premios Oscar, incluido el de mejor actor para Gary Cooper, provocó un desdén visceral en John Wayne, el hombre que muchos consideran el rostro del western americano por excelencia.

Wayne no solo rechazó protagonizarla, sino que durante años se encargó de desacreditarla cada vez que tenía oportunidad. Irónicamente, terminó subiendo al escenario para recoger el Oscar en nombre de Cooper, dejando un discurso con más sorna de lo que parecía a simple vista.

Para entender el odio de Wayne hacia esta película, hay que situarse en el contexto de los años 50, cuando el senador Joseph McCarthy lideraba la caza de brujas contra supuestos comunistas en Hollywood. En este contexto, el actor era un ferviente patriota y un defensor de los ideales conserva-dores. Solo ante el peligro se estrenó justo en ese clima tenso, y el guion de Carl Foreman, señalado como una alegoría contra las listas negras de McCarthy, no encajaba con los ideales que Wayne defendía a ultranza.

El actor, quien presidía la Alianza Cinematográfica para la Preservación de los Ideales Americanos, consideró que la película atacaba los valores americanos más fundamentales. En una entrevista para Playboy en 1971, el actor dejó clara su postura: «Es lo más antiamericano que he visto en toda mi vida. Al final, Cooper pisa la insignia de sheriff. Nunca me arrepentiré de haber ayudado a echar a Foreman de este país». Foreman, señalado por sus inclinaciones políticas, tuvo que abandonar Hollywood y exiliarse en Reino Unido, donde continuó su carrera como guionista.

El papel principal de Will Kane, el sheriff que enfrenta solo a un grupo de forajidos mientras su comunidad le da la espalda, parecía hecho a la medida para John Wayne. Sin embargo, el guion no conectó con él, y decidió rechazarlo. El rol terminó en manos de Gary Cooper, quien no solo lo aceptó, sino que ofreció una interpretación magistral que le valió su segundo Oscar.

Gary Cooper y Grace Kelly en Solo ante el peligro

Pero el destino, con su particular sentido del humor, quiso que Cooper no pudiera asistir a la gala de los Oscar porque estaba rodando en Europa. ¿A quién pidió que recogiera su premio? A su amigo y detractor de la película, John Wayne. En el escenario, dejó unas palabras que escondían un trasfondo de ironía: «Me alegra ver que se lo dan a un hombre que no solo se lo merece, sino que se ha comportado a lo largo de los años de una manera de la que todos podemos estar orgullosos. Ahora que he demostrado que sé perder, iré a buscar a mi agente para entender por qué este papel no fue mío».

Rodada en 28 días

Solo ante el peligro no fue un western cualquiera. Rodada en 28 días, con una narrativa en tiempo real que sincronizaba el reloj de la pantalla con el del espectador, esta película se atrevió a abordar temas más profundos que el típico enfrentamiento entre buenos y malos. La angustia existencial del personaje de Gary Cooper y la cobardía de la comunidad que lo rodea le dieron una dimensión emocional que muchos consideran única en el género. La presencia de Grace Kelly, un montaje impecable y la música de Dimitri Tiomkin, que también recibió un Oscar, completaron un filme que se mantiene como un clásico. Pero, sobre todo, fue la valentía de su mensaje lo que la elevó a otra categoría.

Así las cosas, John Wayne nunca cambió de opinión sobre Solo ante el peligro. Para él, seguía siendo un ataque directo a los valores americanos que defendía. Sin embargo, el tiempo ha sido más amable con la película que con su detractor. La actuación de Gary Cooper, la dirección de Zinnemann y el mensaje subyacente han consolidado este western como una obra maestra.

Mientras tanto, el rechazo de Wayne se convirtió en uno de los grandes «y si» de la historia del cine, recordándonos que incluso las estrellas más icónicas no siempre toman las decisiones correctas. Aun así, su carrera fue meteórica: protagonizó más de 170 películas, destacándose en westerns y dramas bélicos. Algunas de sus películas más famosas incluyen La diligencia (1939), Río Rojo (1948), El hombre que mató a Liberty Valance (1962) y Valor de ley (1969), por la que ganó el Oscar al mejor actor. Su característico andar, voz grave y carisma rudo lo convirtieron en una figura inolvidable del cine. Representó una visión idealizada del cowboy estadounidense, defensor de la justicia y de los valores tradicionales.