Alta Costura, dirigida por Sylvie Ohayon, es, por un lado, una oda a la belleza de la moda francesa con sus primeros planos fetichistas de manos ágiles manipulando telas lujosas, pero también un drama conmovedor sobre el propósito en la vida y las expectativas que ponemos en los demás y en nosotros mismos. Esther, costurera jefa de Dior, se prepara para su última colección. Su jubilación es forzosa y no está segura de su futuro a partir de entonces. Cuando una joven le roba el bolso en el metro no llama a la policía, sino que decide hacerse cargo de ella, convirtiéndola en su pupila y aprendiz.