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El director de cine madrileño Jonás Trueba

El director de cine madrileño Jonás TruebaCooltural Plans

Jonás Trueba y su retrato de la Generación Z: «El cine español está obsesionado con el éxito»

El director ha estrenado 'Quién lo impide', un experimento audiovisual a medio camino entre el documental y la ficción que retrata a los jóvenes nacidos después del año 2000

Hace cinco años, Jonás Trueba (Madrid, 1981) se propuso grabar la vida de unos chavales adolescentes en los que el bullir de vida, ansia y deseo era meteórico. Pablo Gavira, Marta Casado, Silvio Aguilar, Candela Recio, Pablo Hoyos, Claudia Navarro, Rony-Michelle Pinzaru, Sancho Javiérez y algunos más, todos ellos estudiantes de institutos de barrios de Madrid, conforman Quién lo impide, que no es solo una película, sino una forma de ver la vida. Entre el documental, la ficción y el puro registro testimonial, los jóvenes adolescentes se muestran tal y como son pero como pocas veces los vemos o nos dejan verlos: aprovechando la cámara de cine para mostrar lo mejor de sí mismos y devolvernos la confianza en el futuro; desde la fragilidad y la emoción, con humor, inteligencia, convicciones e ideas. Porque la juventud que nos habla de amor, amistad, política o educación no está hablando solo de lo suyo, sino de lo que nos importa siempre, a cualquier edad. 

«El plan inicial era rodar sin plan. La película se fue construyendo a sí misma: al principio nos costaba explicar lo que estábamos grabando. De hecho, el proyecto se ha ido explicando mientras se hacía», cuenta Jonás Trueba en  Cooltural Plans, las reuniones culturales que integran cultura, vida social y gastronomía en planes de cine, arte, fotografía, música, política y literatura. La película, de casi cuatro horas de duración, es eso, un proceso que evoluciona desde que se conocieron rodando La Reconquista, con un cariño y una confianza que crecen. «Mi socio me detuvo un día después de rodar y me dijo: '¿Qué narices estamos haciendo?'. Era difícil entenderlo, porque el proyecto se desarrollaba según lo hacía la vida, sin guion».

A Jonás Trueba lo de explorar sus ideas en pantalla grande le viene de raza. Es cineasta y miembro de la saga familiar más prestigiosa del cine español: hijo del director de cine Fernando Trueba y de la productora Cristina Huete, nieto del ilustrador Manolo Huete. También es hermano del escritor y cineasta David Trueba, del documentalista Javier Trueba y del escultor Máximo Trueba. Algunas de sus películas, como La virgen de agosto o Todas las canciones hablan de mí, se han convertido en obras de culto. La Reconquista (2016), más que darles voz a los adolescentes, plasma la idea preconcebida que Trueba tenía de ellos: «Por eso sentía la necesidad de seguir filmándoles, de retratar todo lo que son. «Es una aventura libre, bonita y muy intensa, hecha desde donde yo deseaba hacerla, no desde donde se suponía que tenía que abordarla. No soy un outsider ni un radical, no voy a la contra de nada», explica Jonás Groucho (sí, ese es su segundo nombre), para quien «el cine es el arte de retratar el tiempo».

Cartel de la película «Quién lo impide», creada y dirigida por Jonás Trueba

Cartel de la película «Quién lo impide», creada y dirigida por Jonás Trueba

Candela Recio, una de las protagonistas, ahonda en esta idea del tiempo. «Esta película ha sido una oportunidad para seguir conociéndonos a través de la mirada de una cámara. Lo que se plasma es el deseo de unos chavales de 15 años de contar lo que les sucede, lo que piensan: ¡realmente es importante hablar de uno mismo!". También coincide Pablo Gavira, que ha entendido este arte del cine como «el lugar para explorar quién eres». «Cuando la presentamos en el Festival de Cine de San Sebastián, explicamos que la única razón por la que no era un documento de archivo era porque contenía poesía».

Jonás Trueba es consciente de que es una película «inconsciente», algo que se está reflejando en taquilla, pero le da igual. «El motor es el deseo del cine. Yo aspiro a hacer filosofía con mi cine, aunque suene fuerte, a que haya una idea profunda y motora que me permita reflexionar. Por eso cada uno de mis trabajos es una decantación de intuiciones que voy teniendo con lo que veo, oigo y construyo». Entre esas ideas filosóficas destaca una, la que más le interesa porque «atañe a todos»: la identidad. «Quién soy, a dónde voy, quién quiero ser, hasta qué punto puedo ser alguien... En realidad es muy difícil hablar por uno mismo, siempre hablamos de refrito, como dice Emerson. Pero solo puedes decir realmente algo cuando lo has hecho tuyo. Esta idea la tenía muy dentro por venir de la familia de la que vengo, porque toda mi familia se dedica a lo mismo y por lo tanto cada uno tiene que saber quién es uno y por qué hace lo que hace. ¿Quién soy yo dentro de mi familia?", se confiesa.

10 cosas que aprendimos sobre Jonás

  1. Que siempre, antes de empezar a rodar una película, va al Pandora. «Un bar muy simbólico para Los ilusos (su productora), en Las Vistillas. Tiene probablemente las mejores vistas de Madrid, sobre todo en primavera, con la caída del sol». (Plaza Gabriel Miró, 1).
  2. Que las películas siempre arrastran malentendidos. «Suele haber una lectura que es equívoca, una idea que ya se queda. De Quién lo impide dicen que es un retrato generacional, una película sociológica. Yo no creo que sea eso. No es sobre la juventud. Es un retrato concreto de unos jóvenes».
  3. Que el cine esconde una paradoja: «Es un arte que retrata el tiempo, lo captura y lo detiene. Pero a la vez, hacer una película es tan caro, hay que rodar tan rápido, que casi nunca hay tiempo para nada; no hay tiempo ni para pensar. Esta película (rodada a lo largo de cinco años, entre medias estrené La Virgen de agosto) nace con una vocación: vamos a darnos tiempo».
  4. Que le gusta que sus películas sean invitadoras, que den ganas de hacer cine a los jóvenes. «Incluso porque les parezcan torpes o imperfectas, y piensen que es algo que ellos pueden hacer». Lo explica: «François Truffaut siempre decía que Ciudadano Kane había generado muchas adhesiones al cine, que muchos directores lo eran por esa película. En su diccionario de cine, mi padre lo cuestionaba. Es una película muy virtuosa, pero de genio, y uno normalmente no se reconoce genio. En todo caso, la primera película de Truffaut, Los 400 golpes, es mucho más imperfecta, y por ello más cercana y motivadora».
  5. Que le emociona ser «correa de transmisión» entre unos jóvenes nacidos en 2001 (los protagonistas de la película) y un artista como Rafael Berrio, de 1961, autor de la canción Quién lo impide, germen del proyecto. «Hace unos días abrimos una botella de vino y brindamos en honor de Rafael y recordamos una frase que él decía: 'Ser autor de culto solo da para vino corriente'».
  6. Que siempre ha sido muy tímido. Por eso, preguntado por su adolescencia, se acuerda de «la primera chica que me dijo que yo le gustaba. Todavía me pregunto por qué... Pero me salvó. También algunos amigos me salvaron. El encuentro con los amigos es de lo más importante que te pasa en la vida».
  7. Que, contra la espectacularización del cine (y de todo en general), recomienda el libro Lo infraordinario, de Georges Perec. Y describe su mirada de cineasta: «Una mirada pequeña, sobre cosas cercanas, amigos y espacios concretos que me gustan. No he sido explorador y no sé si ya lo seré. Huyo de los grandes temas. Eso me ha limitado, pero concentrándome mucho en esas pocas cosas pequeñas, he intentado darles un valor que muchas veces, en este mundo vertiginoso, no tienen». 
  8. Que el gran éxito de la primera película de su padre, Fernando Trueba, Opera prima, se deba a una decisión que tomó como director, y que para él es una gran enseñanza. «En lugar de invertir en un director de fotografía experimentado como le recomendaron, prefirió contratar a un buen sonidista; un francés muy bueno, al que no conocía y al que le debió hacer gracia que un chaval de Madrid le escribiera. Opera prima es de las primeras películas españolas con sonido directo, cuando no había ninguna tradición aquí. Un sonido real, con textura, poroso. La gente joven fue a verla y se dio cuenta de que hablaban normal, no estaba doblada, ni entonada. Es una lección de que determinadas elecciones pueden hacen que una película sea buena o no».
  9. Que sus películas son su Instagram. «En el cine están obsesionados con romper la taquilla. El cine español está obsesionado con el éxito. Para mí, el éxito es hacer una película, como la siento, no como me dicen que tengo que hacerla. Me basta que tenga unos pocos espectadores buenos. Pienso en películas espaciales, como lugares donde compartir cosas. Una peli, en ese sentido, es una red social».
  10. Que su restaurante favorito, La taberna errante (Carrera de San Francisco, 8. Madrid), «lo llevan unas mujeres increíbles, que sólo abren de jueves por la noche a domingo por la mañana. Eso les da para vivir y disfrutar. Me parece un modelo de gestión. La dueña dice que si empieza a ir más gente a darle más trabajo, cierra».
Fotograma de «Quién lo impide», de Jonás Trueba

Fotograma de «Quién lo impide», de Jonás Trueba

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