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Miguel Abellan en el callejón de Las Ventas durante la pasada Feria de San IsidroGTRES

Morante responde a Abellán: «Nunca hablé de la pendiente, yo le dije que era un mentiroso y un chufla»

El diestro sevillano pensaba zanjar el asunto de la discusión del sábado en Las Ventas, pero ha contestado tras las declaraciones del director de Asuntos Taurinos en los medios

Pese a lo que era deseable, la polémica por la discusión en el callejón en Las Ventas tras la corrida del sábado entre Morante de la Puebla y Miguel Abellán continúa. El director de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid dio su versión de lo ocurrido en los medios los días posteriores, y el maestro cigarrero ha contestado subiendo el volumen del desencuentro:

«Mi intención el otro día era sólo la de ablandar el ruedo para que los toros no se lastimaran», dijo, añadiendo que «le pedía explicaciones de por qué no le había dejado meter a mi apoderado la rastra para ablandar el ruedo por la mañana». Morante ha compartido que «no sabe si me querrá pegar», al decirle Abellán, según el sevillano, que "cuando acabara su cargo me lo diría».

Sobre la discusión en el callejón, el sevillano afirmó haberle dicho a Abellán que «delante del toro había tenido muchos cojones pero que fuera siempre había sido un chufla y seguía siendo un chufla». «La realidad es que no entiendo cómo Ayuso, que defiende con tanta clase el toreo, tiene a semejante personaje que no representa ni al público, ni al abonado, ni a los profesionales al frente de la plaza más importante del mundo», ha declarado Morante, según informa Juan Diego Madueño en El Mundo.

La mañana del sábado de la corrida el apoderado de Morante de la Puebla accedió al ruedo para comprobar su estado. «Habíamos quedado en ablandarlo con la empresa. El objetivo era arreglar las durezas. La empresa estaba totalmente de acuerdo en hacerlo así que acudió a primera hora», dice Morante. Fue cuando Abellán apareció y le dijo al apoderado: «¿Tú qué haces aquí?». Según el de la Puebla, "en vez de estar la empresa, allí estaba Abellán con su séquito para decirle a mi apoderado 'el ruedo no se toca'» y ese momento dijo: «lo que tienes que hacer es no anunciarte».

También les dije que estaban viviendo del cuento, ya que uno de sus amigotes, que también cobra de la comunidad, me decía que me callara

Cuando Morante supo de este incidente, lo dejó correr. Pero el quinto y el sexto toro de la tarde se lastimaron las pezuñas «debido a la dureza del ruedo», apunta Morante. Al terminar el festejo el torero sevillano no se pudo aguantar "y me fui para él diciéndole que tenía la culpa de que los dos últimos toros se lastimaran. A esa hora estaba ya el terreno más seco y, por lo tanto, más duro», ha declarado, además de que «también le dije que estaban viviendo del cuento, ya que uno de sus amigotes, que también cobra de la Comunidad, decía que me callara».

Los trapos sucios aireados de lo que parece algo más que una discusión en un callejón, o precisamente toda una discusión en un callejón oscuro con ramificaciones políticas, acusaciones de amiguismo y de mala gestión que trascienden entre los aficionados y que los propios aficionados también denuncian en torno a la Plaza de Toros de las Ventas, que no vive precisamente su mejores días en cuanto a su conservación, no solo del ruedo, sino de casi todas sus dependencias. La denuncia de Morante, que pensaba callar tras el señalamiento, pero que reconoce no haber podido.

El callejón oscuro

Un clasicismo el del de La Puebla que trasciende de los vestidos en una vieja reclamación que algunos malintencionados achacan a su «derrota», a pesar de sus grandes actuaciones, y de su propia preferencia por Madrid, incluso en detrimento de su Sevilla, muchas de ellas no culminadas en el fallo con la espada, en la mayor plaza del mundo que no le abre las puertas. El clasicismo que también es tecnicismo, el mimo del torero por todo lo que rodea a su profesión y su coso predilecto que, además de una queja, también es el cuidado de las costumbres, de la tradición de la Fiesta, en este desagradable cuento que tendrá, más que seguramente, nuevos capítulos.

La eterna polémica de la pendiente del ruedo de Las Ventas:

Desde hace años Morante de la Puebla se puso al frente de la demanda por el exagerado desnivel (opinión compartida por otros toreros) de la Plaza de Madrid desde el «montículo» central. La decisión de rebajarlo la tomó el actual y entonces también empresario del coso, Simón Casas.

La «colina» de un ruedo que se disminuyó 12 centímetros siempre guardando la inclinación suficiente, mejorando las canaletas de desagüe, para evitar problemas con las lluvias. La «cuesta» que dicen que se formó en la época del empresario Manolo Chopera y su querencia por la presentación y el volumen de los toros que la pendiente aumentaba. La otra razón es que la elevación del platillo (los medios) sobre el estribo (las tablas) se hizo para favorecer el desagüe y evitar la suspensión de las corridas.