25 años del Guggenheim, el museo que puso a Bilbao en el mapa del mundo
La ubicación del famoso edificio en la ciudad cambió su rumbo, la transformó y la convirtió en un destino moderno y de referencia
El arquitecto estadounidense Frank Gehry cambió la visión de la arquitectura con el Museo Guggenheim de Bilbao en 1997. Cambió la visión de la arquitectura y la de la capital vizcaína en el mundo, que apareció como un punto brillante y moderno en la antaño gris y anclada en el tiempo ría que conduce suavemente hasta el Cantábrico al río Nervión y al Ibaizábal.
El símbolo de una nueva era que cumple años redondos por fuera y por dentro, limpiando las aguas y remozando sus orillas, atrayendo a visitantes de todo el mundo en estas dos décadas y media y batiendo récords de visitas a un museo con las recientes, e inéditas para una pinacoteca, Motorcycles, destinada a las motos, y Motion, Autos, Art, Architecture, a los coches.
El fulgor del edificio casi como un Dorado en las mismas tierras del Zalacaín de Baroja: el efecto de metales sutilmente retorcidos, planchas de titanio como una nave espacial aterrizada para siempre entre los caseríos. 24.000 m² en 19 galerías.
Tercera franquicia de la familia Guggenheim, coleccionistas, patronos y promotores del arte moderno, tras Nueva York (obra de otro Frank, Lloyd Wright) y Venecia, en el palacio de la heredera Peggy (que tendrá una cuarta en Abu Dabi), planea desde hace tiempo sobre sus chapas y cortinas de cristal una ampliación en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Vigilado en su exterior por Mama, la araña gigante de Louise Bourgeois, y por Puppy, de Jeff Koons, alberga exposiciones temporales procedentes de Nueva York y otras piezas prestadas de otras colecciones. El gran árbol y el ojo, de Anish Kapoor, lo decoran todo el año, igual que los Tulipanes, también de Koons, obras de arte contemporáneo que siguen llegando, completando, rellenando y rodeando para quedarse (como el pueblo a un castillo) el edificio futurista que se acogió con una mezcla de recelo y admiración y ya cumple un cuarto de siglo.